En el año 2002 la marca italiana decidió rendir un merecido homenaje a su fundador y darle su nombre a un automóvil superlativo, el mejor Ferrari de todos los tiempos. Para ello, encargó el diseño a Pininfarina, concretamente a Ken Okuyama y puso a sus ingenieros a trabajar en un motor y chasis ejemplar. Michael Schumacher participó también en el desarrollo. El resultado, un auténtico Formula 1 para la carretera.
Ha habido, hay y habrá muchos superdeportivos, mejores y peores según gustos pero para mí no hay ninguno como el Ferrari Enzo. Cuando hace unos días estuve en la Galleria Ferrari no me quedó duda de que es el coche de la década que acabamos de cerrar por exclusividad, prestaciones y diseño espectacular. A continuación os detallo los motivos de mi elección.
Su diseño no ha sido igualado hasta el momento. No se trata de belleza, una característica del todo subjetiva para el que lo ve. Su silueta es espectacular, pero eso no es novedad en este tipo de coches. La diferencia es que mirando de frente un Ferrari Enzo se puede vislumbrar un monoplaza al que se le ha adaptado carrocería y faros para poder circular en la calle. No hay otro coche que nos dé esa sensación sólo con mirarlo.
El motor y las prestaciones están a la altura. Un V12 de 6 litros en disposición central trasera que con aspiración atmosférica rendía nada menos que 660 CV, es decir 110 CV/ litro. Éste superdeportivo podía alcanzar los 350 km/h, con un 0-100 km/h en 3.6 segundos. Además, la aguja se estiraba hasta las 8.200 rpm, todo un placer para el conductor.
Para alcanzar esos magníficos registros, además del enorme motor, aportaba una excelente aerodinámica y un chasis fabricado en fibra de carbono y aluminio, dejando un peso final de 1.355 Kg y por tanto una relación peso/potencia de 2.06 kg/CV, de los mejores de la historia.
Otra cualidad es que incorporaba dos innovaciones procedentes directamente de la F1. En primer lugar una caja automática secuencial de 6 velocidades con levas tras el volante que permitía cambios en 150 milisegundos, instantáneos podríamos decir. En segundo lugar, por primera vez un coche de la marca incorporaba frenos de carbono suministrados por Brembo.
Un detalle característico, aunque no exclusivo, es que sus puertas se abren hacia arriba. El interior también rezuma deportividad con un diseño sobrio y bacquets de competición. El volante también es parecido al de las carreras y entre otros, dispone de los botones para cambiar el funcionamiento de la caja de cambios a Sport o Race, que afecta a la velocidad de cambio y a los parámetros del control de tracción. Es decir, el equivalente a el Manettino que incorporan los modelos de la marca actualmente.
El precio de ésta maravilla era de unos 700.000 euros y aunque estaba prevista una producción de 349 unidades, finalmente se fabricaron 400 Ferrari Enzo entre 2002 y 2004. Pero para acceder a su compra, aparte de tener mucho dinero había que ser propietario de al menos otro Ferrari. Actualmente, el precio en el mercado de ocasión puede llegar a más de un millón de euros.
Hubo varios derivados del Enzo. Por una parte, el P4/5 que era una modificación personalizada de Pininfarina a petición de un millonario. Por otra, el Maserati MC12 del que finalmente se produjeron 60 unidades y por último el Ferrari FXX.
El Ferrari FXX fué una evolución del Enzo apta únicamente para conducir en circuito. Tomando como base el mismo motor, se aumentó la cilindrada a 6.262 cc y la potencia a 800 CV. El chasis y carrocería estaban construidos integramente en fibra de carbono, lo que le permitió bajar 200 kg de peso respecto al modelo original y alcanzar los 386 km/h con una aceleración de 0-100 km/h en 2.5 segundos.
Se produjeron sólo 31 unidades del FXX entre 2005 y 2007 y fueron vendidas a un precio de 1.500.000 euros más impuestos exclusivamente a propietarios de un Enzo comprado directamente a la marca, no como segundo propietario. Sobre éstas líneas podéis observar la fotografía del único FXX que se fabricó en color azul y que actualmente está expuesto en la Galleria Ferrari.
Como conclusión, creo que el Ferrari Enzo tiene todos los argumentos para tener un lugar privilegiado en la historia del automóvil. Un rival de su época, el Porsche Carrera GT, es el único que podría haberme hecho dudar. Un gran coche, desde luego, pero en conjunto, prefiero ver un Cavallino Rampante en el volante. ¿Y vosotros?
Ferrari Enzo y FXX en Galleria Ferrari
Más información: Wikipedia
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