Hace ya bastantes años que el color blanco era el rey indiscutible en los vehículos. Una buena proporción de los vehículos vendidos lucían el color blanco en su exterior, y lo cierto es que esto en parte tenía su razón de ser. El blanco se suele identificar con la limpieza y con la pureza, y para un coche, además, frecuentemente era el color de pintura más barato (por el que no había que pagar un sobrecargo extra), así como ser bastante fresco para el interior del mismo y sus ocupantes. Y esto, en tiempos en los que el aire acondicionado era un lujo, también era de agradecer.
Las modas y los gustos cambian, y precisamente el color blanco fue cayendo en desuso en las dos últimas décadas. Otros colores, como el gris plata o el negro (casi siempre metalizados) se ganaron el favor de la mayoría de compradores, y el color blanco estuvo en franco retroceso. Tanto, que cuando veíamos un sedán de cuatro puertas pintado de este color, casi siempre lo identificábamos con un taxi. ¿Color de taxistas? Nada más lejos de la realidad: las modas, tarde o temprano, terminan volviendo, y así sucede desde los últimos años con los coches blancos.
Quizás sea que nos hemos cansado de otros colores, o quizás que las líneas de diseño de los coches actuales, más limpias y deportivas, lucen muy bien en blanco, pero lo cierto es que es una clara tendencia en los últimos tiempos. Hemos redescubierto el blanco y cada vez se venden más vehículos en este color. Es más, en muchos modelos se ofrece más de un tono de blanco, incluyendo tonos perlados por lo que suele que haber que pagar un extra. ¿Y cuál es el motivo de este éxito? Para Sandy McGill, diseñador jefe de BMW en términos de color, terminación y materiales, la razón es que Apple lo ha puesto de nuevo de moda.
McGill afirma que, hasta no hace mucho, el color blanco se asociaba con electrodomésticos tales como neveras o lavadoras. Sin embargo, Apple apostó fuerte por el blanco en sus primeros iPod, MacBook y en la mayoría de sus iPhone o iPad, poniéndolo de nuevo en valor en el diseño industrial, y haciendo que muchos consumidores se vuelvan a fijar y valoren el blanco gracias a estos dispositivos tan demandados. Como casi siempre, las modas van y vienen, produciéndose un retorno que en este caso es bastante clásico.
También habría que preguntarse si los diseños de Jonathan Ive en Apple no han influido e inspirado en cierto modo el diseño de modelos recientes, buscando cada vez más la sencillez, limpieza y atractivo de líneas con diseños más atemporales. ¿Conclusión? El subconsciente de los consumidores es un misterio, y seguro que bastante influenciable, pero probablemente Apple ha ayudado a que volvamos a pensar en el color blanco para muchos objetos (sin olvidarme de otras empresas que también lo han puesto en valor, como Ikea y sus muebles).
Que además el color blanco en los coches vuelva a tener protagonismo en los mismos anuncios o en sus propios folletos y catálogos, como está haciendo Toyota con su gama híbrida, por ejemplo, seguro que influye enormemente en que sea de nuevo uno de los colores más demandados, sin importar cuál sea el tamaño o categoría del coche. Y es que, hoy en día, el color blanco comienza a estar muy presente tanto en utlitarios, como en berlinas, SUV o grandes deportivos.
En Estados Unidos y en Asia, el color blanco es de nuevo líder en ventas. Por dar un simple dato, durante el 2011 nada menos que el 20% de los vehículos vendidos en Estados Unidos fueron de color blanco. Aquí, en Europa, también el blanco gana atractivo y cada vez más enteros en sus ventas, aunque siempre hay marcas que se resisten más a cambiar su tradición, como Ferrari y el color rojo.
McGill, este diseñador de BMW, cree que el éxito futuro de los colores, sobre todo en la gama más premium, vendrá de la mano de tonos azules, marrones y naranjas. Yo apuesto porque los clásicos siempre vuelven, como blanco, negro, gris, azul o rojo…
Fuente: Leftlane
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