El Ford Focus RS y su Drift Mode son una pareja inseparable. Se llevan muy bien, y este modo de pilotaje es el complemento perfecto al carácter marcado de su motor y chasis. Básicamente, te convierte en una especie de Ken Block con el único objetivo de ayudarte a quemar rueda, derrapar y divertirte. Sobre el papel es todo maravilloso, pero la realidad es diferente. El Drift Mode funciona de maravilla en un parking vacío, en una horquilla de montaña puede significar el fin de los días para tu Ford Focus RS recién estrenado.
Sucedió en New Paltz, en el estado de Nueva York. Un club de Ford Focus ST estaba de ruta, y uno de sus miembros había adquirido un flamante Ford Focus RS, que prácticamente estaría estrenando, ya que las entregas en EE.UU. han tardado incluso algo más que en Europa. El problema es que se han juntado las ganas de su conductor de hacer un derrape «a la Ken Block» con un peligroso ingrediente: muchos espectadores. Sí, ese derrape tenía que quedar bien, hacer sentir un héroe al conductor del Focus RS. Esta es la teoría.
La práctica es que el coche se abrió más de la cuenta, quizá por aplicar demasiado gas o demasiado poco ángulo a la dirección. El resultado es que el muro de la horquilla se abalanzó sobre el Ford Focus RS, arremetiendo con violencia contra su lateral derecho. Llegó a elevarse el coche, y caer de nuevo violentamente sobre el asfalto. Si bien los daños exteriores no parecen graves, los airbags de cortina se desplegaron y posiblemente el coche haya tenido daños estructurales. La violencia del impacto ha sido grande.
Los Ford Focus RS son coches tremendamente divertidos. Pero el Drift Mode puede ser traicionero si no se tiene su funcionamiento muy bien calculado. Cuando lo probé en el Circuito de Valencia, varios conos fueron víctimas de un derrape más abierto de lo que esperaba. Obviamente, no ocurrió nada porque estaba probando el Drift Mode en un enorme parking sin obstáculos. Cuando es una pared la que se interpone en el camino de un derrape más abierto de lo que se esperaba… bueno, ahí es cuando llegan los lamentos.
Fuente: MotorMag
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