El panorama que se avecina para los de Milton Keynes no está nada fácil. Si Renault regresa a la Fórmula 1 con su propio equipo, todos los motores disponibles para Red Bull serían en configuración cliente. Al ponerle punto final a su relación con Renault, solo Mercedes, Ferrari y Honda estarían disponibles, pero por estricta lógica ninguno va a otorgar privilegios a un equipo que no sea el oficial y menos si existe la posibilidad de ser derrotados. En tal sentido, la menos mala de las opciones es acudir al mejor de los motores cliente, el Mercedes, negociando el cupo que dejaría libre Lotus.
El propietario de las escuderías Red Bull y Toro Rosso, Dietrich Mateschitz, manifestó que su estructura está lista para pasar a ser equipo cliente, lo que no garantizaría competitividad. Por su parte, Bernie Ecclestone ya está al tanto del asunto e inclusive fue informado de la posibilidad del retiro de ambos equipos en caso de recibir negativas o condiciones por parte de los proveedores. A Ecclestone no le interesa observar una parrilla mermada por causa de motores y menos que Red Bull descienda en su rendimiento hasta no ser rivales a vencer.
El plan que los representantes de Red Bull tienen sobre la mesa es utilizar los motores Mercedes cliente en su equipo grande y los motores Honda cliente para Toro Rosso. No están dispuestos a acudir a Ferrari porque el contrato con los italianos especifica que el material entregado es de un año de antigüedad, por lo que sería una insensatez salir de Renault para recalar en Ferrari.
Se entiende que Red Bull es un equipo independiente, pero su presupuesto, instalaciones, personal y experiencia lo hacen un adversario de temer para las escuderías oficiales, a diferencia de Williams, Lotus, Force India o Sauber. De allí el dilema de Mercedes, quienes mantienen una política diferente en lo que respecta al suministro de motores, por razones de logística, y que una vez observaron como los McLaren Mercedes resultaron superiores a los Mercedes oficiales, una situación que no desean repetir.
Otro aspecto a considerar por los proveedores, desde una óptica negativa, es la reiterada actitud del entorno Red Bull en magnificar al equipo cuando ganan u obtienen buenos resultados y culpar al motor, en este caso Renault, si las cosas no van bien. Esa mala costumbre de no parecer un equipo en las malas situaciones y criticar públicamente a sus socios aleja a los interesados en sustituir a Renault.
En este caso van a tener que sentarse a dialogar todos los involucrados, porque sin Fórmula 1 no hay equipo ni motor que valga.
Vía | auto motor und sport f1
