A pesar de que desde hace meses está mostrando su lado más positivo en cuanto al desarrollo del coche, la situación en cuanto a su formación de pilotos parece un poco más pesimista, siendo Bryan Bouffier el primer piloto tanteado en firme por Tommi Mäkinen tras visitar a Sébastien Ogier y Jari-Matti Latvala en el Rallye de Monte-Carlo 2016 y obtener de ambos un “no, gracias”. Sin piloto de cabeza atado, el cuatro veces Campeón del Mundo de Rallyes ya empieza a hablar de 2017 como un año de aprendizaje, muy lejos de la Toyota que se espera que pelee por las victorias con Volkswagen.
Mientras que se esperan los primeros test del Toyota Yaris WRC17 entre el próximo mes de marzo y el de abril, Mäkinen tiene claro que estará en la próxima edición del Monte-Carlo con tres unidades. Lo que queda saber quiénes serán sus ocupantes. Petter Solberg por su parte ya se deshace en elogios ante una posible oportunidad de volver al Mundial de Rallyes en un equipo oficial, mientras que se sigue a la espera de saber cuál es el futuro de los dos pilotos de Hyundai, Thierry Neuville y Dani Sordo.
Ni Meeke, ni Paddon, incluso Latvala parece intocable. Sólo una posible degradación al piloto finlandés en detrimento de Andreas Mikkelsen parece una razón suficiente como para que Jari-Matti se plantee salir de su posición de confort en Volkswagen, rompiendo un contrato que en principio le ata hasta 2018 con los de Wolfsburgo. De no ser el piloto finés de VW, Mäkinen ha puesto su mirada en Esapekka Lappi, piloto que según él, le recuerda a sí mismo.
La situación es difícil. Todos los pilotos quieren competir por el campeonato, pero todavía no tenemos ningún coche para que pudieran pilotarlo. Hasta 2017 es un poco complicado. Muchos pilotos tienen todavía contratos con sus equipos para 2017, por lo tanto no podrían estar disponibles hasta 2018. Tenemos que ser realistas. 2017 será un año para nosotros de aprendizaje, para aprender tanto como sea posible y adquirir experiencia.