Las sonrisas que se veían en la trastienda de Volkswagen Motorsport tras la consecución del título por Sébastien Ogier y Julien Ingrassia no hacían presagiar lo que iba a pasar apenas unas semanas más tarde. Incluso bromeaba con Luis Moya cuando trataba de sonsacarle cómo iba el Volkswagen Polo R WRC de 2017 y él me respondía que lo sabríamos antes que otros años gracias al cambio de fecha que ponía al Tour de Corse entre las dos citas americanas en lugar de tener que esperar hasta Portugal. Y es que en aquellos momentos nadie se imaginaba que menos de un mes después estaríamos hablando del final del programa de Volkswagen en el WRC.
Obviamente ha sido una decisión tomada por el Consejo del Grupo Volkswagen, como la que se tomó hace una semana con Audi en el Mundial de Resistencia, en busca de centrarse en la electrificación. Poco han tenido que decir los responsables del equipo del Mundial de Rallyes en ello. Tras casi dos años trabajando en el Polo R WRC 2017, haciendo miles de kilómetros de test en diferentes localizaciones de Europa, quedará relegado a ser una pieza de museo, posiblemente sin ni siquiera lucir la librea de competición oficial que hubiera llevado la próxima temporada. Un final muy cruel para un coche que habría tenido muy difícil mejorar el camino exitoso que ha recorrido su predecesor durante los tres últimos años.
La medida, que implica el cese de actividades de Volkswagen Motorsport en el Mundial de Rallyes a finales de esta misma temporada obligará a una reestructuración interna ya que la firma de Wolfsburgo quiere retener a las 200 personas que actualmente trabajan en Hannover y distribuirlas entre sus otros proyectos internos activos como el Volkswagen Golf TCR, el Beetle Supercar del GRC (el Polo 4×4 T16 Supercar del World RX podría recibir algunos de ellos) e incluso algunos pueden pasar a Skoda Motorsport, que en teoría mantendrá el programa oficial ayudado por las ventas de sus R5.
El anuncio de la salida de Volkswagen del WRC ha llegado hoy mismo, pero era algo que ya se daba por hecho desde el pasado lunes cuando los rumores apuntaban que un día más tarde, en la reunión del Consejo se iba a dar luz verde al cierre del programa. Gran parte del equipo desconocía los planes de uno de los mayores fabricantes mundiales de automóviles, e incluso los pilotos tenían previsto un test esta misma semana con el Polo de la próxima temporada antes de viajar a Australia para disputar la última prueba del Mundial 2016.
El futuro de Sébastien Ogier, Jari-Matti Latvala y Andreas Mikkelsen se desconoce. Durante las últimas horas se han dado múltiples variables y posibilidades, llegando a deslizarse que incluso algunos equipos habrían aprovechado la rumorología reinante para contactar con los tres espadas de Volkswagen. La opción de que se continúe adelante a través de un equipo satélite están más viva que nunca y como hemos podido saber, el motor del Polo R WRC ya habría pasado la homologación de la FIA. Tal y como dijo mi compañero Eloy, no sería descartable que Red Bull quiera mantener su inversión en el campeonato (es el promotor) y en el equipo, manteniéndolo por su propia cuenta y riesgo.
Además se ha confirmado que Volkswagen Motorsport desarrollará en 2017 un nuevo R5 (destinado a carreras-cliente) sobre la base del Polo de nueva generación y que llegará al mercado en 2018.