Estoy seguro de que a más de uno le resultó curiosa la foto que elegí para la previa del Gran Premio de Alemania de hace tan sólo unos días. Mercedes aprovechó la llegada a la carrera de casa dos años después para sacar toda su artillería pesada. En este caso, quiso poner a cuatro de sus pilotos al volante de algunos de los monoplazas de Fórmula 1 que han hecho historia para la firma de la estrella.
Nico Hülkenberg, Pascal Wehrlein y Nico Rosberg salieron al asfalto a disfrutar al volante de del McLaren MP4/13 y los Mercedes-Benz 196R y W25 de los años 1954 y 1935 en un Circuito de Hockenheim que estaba cubierto de una buena capa de agua. Esto no amilanó a los pilotos, y algunos como el ganador de las 24 Horas de Le Mans 2015 se permitió el lujo de derrapar a la salida de la horquilla al volante de una joya histórica.
Estos vídeos me han hecho volver a pensar en ese recurso de aquellos nostálgicos que siempre se preguntan con segundas intenciones sobre de qué serían capaces los pilotos actuales con los coches de otras épocas. Y siempre que leo/escucho esta ‘maldad’ pienso lo mismo: se divertirían mucho. No voy a hacer automovilismo-ficción y decir qué pasaría de un duelo Röhrl vs Loeb o un Alonso vs Senna, sólo sé que visto lo visto con ejemplos como estos, o los de Alonso rodando en Silverstone con el Ferrari 375 F1 o Latvala con el Audi Quattro nos demuestran que las nuevas generaciones saben divertirse como los de antes… al volante de un coche.