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Programa Conductor Alternativo, una visión desde dentro

Dani
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19 May 2006

El Programa Conductor Alternativo: Haz turnos con tus amigos es una campaña promovida por la DGT, la Fundación Alcohol y Sociedad y otras organizaciones que tiene como objetivo promover la idea de elegir un conductor por cada grupo de amigos cada noche para evitar así que la gente conduzca si ha bebido.

Ayer tuve la oportunidad de conocerlo de cerca, pero no como prensa especializada y ni siquiera como conductor: yo era el acompañante (eufemismo para denominar al borracho). El motivo para tal denominación no fue el caerme hacia los lados, sino que había tomado dos cañas y acompañaba a un conductor que quería participar en el programa.

El programa consta de varios stands repartidos por locales nocturnos en los que además de informar se realizan test de alcoholemia presentando el carnet de conducir, pero sólo al que va a participar como conductor. Con un intervalo de aproximadamente una hora se rellena un papel en el que se certifica que la tasa de alcohol en el aire es 0%. Además regalan vales para refrescos, camisetas, vales de gasolina y una fotografía del conductor y el acompañante en un marco que dice algo así como “gracias al conductor alternativo no será la última fotografía que os hagáis juntos”.

Además hay publicidad en varios lugares de los locales, incluso en los baños, informando de la campaña. Y como elemento impactante, se colocan dos vehículos siniestrados para ver el efecto que puede tener conducir bajo los efectos del alcohol, concretamente un Alfa 147 y un Hyundai Coupé eran los que pude ver ayer.

Finalmente se realiza una encuesta a conductor y acompañante. Fué el punto que más me llamó la atención, ya que un auténtico acompañante (es decir, el borracho medio) no creo que esté ni de lejos capacitado para cubrir una encuesta de unas 7 páginas. Es más, el que me la hizo a mi parecía no haberla leido en su vida, acabé por quitársela de la mano y cubrirla yo, ya que me leía las preguntas de forma que no tenían sentido.

Resumiendo: pudiéndola vivir desde dentro me pareció una idea bastante mejor de lo que pensaba. Quizás el punto negativo es que no se haga el control de alcoholemia a cualquiera, aunque quizás eso tendría que ser una realidad habitual en los locales y no un evento puntual. Y por supuesto, a mi entender dos puntos claros:

  • Las campañas informativas tienen que completarse con controles de alcoholemia, pero no puntuales, sino diarios y exahustivos. Menos radares y más controles de alcoholemia.
  • Estas campañas deben pagarse con la recaudación de multas por alcoholemia, si no serían demasiado desperdicio.
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