Conocemos de sobra los diferentes métodos para obtener energía para los automóviles. Desde los combustibles fósiles (gasolina y gasoil) hasta el uso de baterías eléctricas pasando por los biocombustibles. Sin embargo, cuando nos ponemos a estudiar en profundidad cada sistema, parece que el hidrógeno se sitúa como el que desprende su energía de forma más pura.
Mazda ha tenido en cuenta estos detalles desde hace más de 15 años, en los que lleva estudiando el uso de hidrógeno en sus motores, concretamente en su famoso motor rotativo. Precisamente es en este motor en el que han puesto sus mayores esfuerzos, cuyo resultado ha desembocado en el motor Rénesis, que puede utilizar indistintamente hidrógeno y gasolina.
El motor rotativo se adapta muy fácilmente al uso del hidrógeno debido a que las 4 fases del motor (admisión, compresión, explosión y escape) se realizan en diferentes cámaras, con lo que la temperatura total del motor es inferior y reduce el riesgo de autodetonación del hidrógeno. Sin embargo, la potencia del motor disminuye de los 207 Cv usando gasolina a únicamente 109 Cv usando hidrógeno. Seguramente, en el futuro se le dotará al motor rotativo de un turbocompresor para aumentar esta potencia.
Una de las modificaciones que se realizaron en el RX-8 para el uso de hidrógeno se sitúa en el maletero, donde se almacenan las bombonas de hidrógeno. Éstas almacenan 110 litros comprimidos a 350 bares, lo que suministra una autonomía de 100 km (más 550 km de autonomía con el depósito de gasolina). Las otras modificaciónes se han realizado en la toma de hidrógeno para rellenar la bombona de hidrógeno y en el pulsador interior del coche que sirve para cambiar entre el uso de gasolina y de hidrógeno. Con todo, el peso del vehículo aumenta unos 130 kgs.
Con el uso de hidrógeno, el motor no emite ninguna cantidad de dióxido de carbono y sólo emite monóxido de carbono y óxido nitroso, pero en muy pequeñas cantidades. Sin embargo, parece que falta bastante en cualquier parte de mundo para que el hidrógeno pueda considerarse una alternativa real al uso de combustibles fósiles. Importantes detalles como la falta de estandarización para la obtención del hidrógeno, la débil producción de hidrógeno utilizable a gran escala o la falta de lugares de repostaje influyen negativamente en el desarrollo de este natural combustible.
Vía: ElMundoMotor