Nos ponemos en situación: vemos como un Citroën Xsara pega contra un bordillo, cruza tres carriles y se estrella contra una palmera, quedando el coche destrozado y teniendo que rescatar a su ocupante los bomberos.
En circunstancias normales la prueba de alcoholemia sería una medida lógica, pero resulta que el Xsara era un coche camuflado de la Guardia Civil y su ocupante un capitán de la Guardia Civil de Las Palmas.
El oficial jefe del subsector de Tráfico de Las Palmas se desplazó hasta allí y realizó las gestiones oportunas para “resolver el tema” y evitar la prueba de alcoholemia. Sin duda un gran ejemplo de responsabilidad por parte de la Guardia Civil.
Vía: Motorpasión
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