Así es el nombre de uno de los pocos (o incluso el único) circo en el que la principal atracción son “extraños” vehículos preparados para hacer las más variadas piruetas y algunos actos más “retorcidos”. Se trata de La troupe de los Autos Locos, un circo argentino creado allá por el 1976 y que nunca ha dejado de crecer en admiración del público ni en su peculiar flota de vehículos.
Algunas de las “creaciones” de este circo es el Taxi Loco, un “taxi” que probablemente es la atracción más “normal” de todas. Este vehículo, que a juzgar por su carrocería es ya un clásico, puede transportar a unos pocos voluntarios del público y es capaz de rodar sobre las ruedas traseras y girar. “De paso”, artistas circenses se sirven de los salientes de la carrocería para engancharse al vehículo como si fuera un auténtico tiovivo.
El de la imagen superior es La bolita loco, un Fiat 600 que realmente son dos utilitarios. Puede partirse por la mitad y cada una de las partes se mueve con autonomía. Ah, además pueden moverse “sin piloto” (aunque no explican cómo) y, después de dar unas vueltas, se vuelven a unir las partes para formar de nuevo el coche original.
En el homenaje a los clásicos que realiza este circo no podría faltar un 2 Cv. El pequeño e intemporal utilitario de Citroën recibe el nombre de El fuelle de Pichuco. El nombre ya lo dice: está partido a la mitad y unido como si fuera una especie de fuelle o de acordeón. Al moverse, la carrocería se estira y se encoge.
A través de su página web podeis conocer más a fondo la historia de este circo y algunas de las otras atracciones con las que disfrutan sus espectadores.
Vía: argentinaautoblog
Más información: autoloco.com.ar