Massif es el nombre de un todoterreno ligero que nace fruto de la colaboración del fabricante de vehículos industriales Iveco con la compañía española Santana, famosa por su tradición en cuanto a todoterrenos de todo tipo. De hecho toma la base del modelo español Anibal añadiendo mayores protecciones y una suspensión más específica, pues está destinado al transporte profesional (militar, agrario, protección civil, etc).
Se comercializará bajo cuatro carrocerías diferentes, pensadas para diferentes usos cada una. La versión más corta es la SW de tres puertas con 4.25 metros de largo, pensada para cuatro personas y un peso máximo de 2.650 kg. Por encima de ella la SW de cinco puertas alcanza los 4.72 metros de longitud, con cinco plazas ampliables a siete y con un máximo de 3.050 kg. Las otras dos versiones son la Pick-Up y la Chasis Cabina con dos plazas y el mismo peso soportado que en el modelo anteror, alcanzando una longitud máxima de 4.55 metros.
Los motores destinados a proveer de energía al Massif son únicamente diésel de inyección directa common-rail: un 3.0 HPI, con 146 Cv y 350 Nm, o un 3.0 HPT, de 176 Cv y 400 Nm. Ambos modelos desarrollan sus cifras más altas de par motor desde tempranas revoluciones, lo que asegura un buen comportamiento desde el arranque en parado.
La transmisión se realiza a través de una caja manual de 6 velocidades que permite tres modos de funcionamiento diferente: tracción trasera para conducción suave en carretera, tracción total o tracción total con reductora, más específica para hacer frente a pendientes pronunciadas.
La nota extraña de este modelo viene marcada por el campo de la seguridad, en el que flaquea ostentosamente. No incluye de serie ni como opción elementos obligatorios para circular como el ABS o los airbags y mucho menos algún control de estabilidad que se precie.
Iveco argumenta la falta de estos elementos porque pueden resultar perjudiciales en la aplicación de este todoterreno en el campo. Curioso al menos.
El interior no realiza concesiones al lujo y es eminentemente práctico, estableciendo dentro del orden de prioridades mayor valor a la facilidad de entrada y salida al habitáculo que a la comodidad de los pasajeros. Prueba de ello es la nula existencia de los interiores de las puertas o el tapizado tan seco de los asientos.
Como buen todoterreno de “campo”, su carrocería se eleva por encima del suelo unos 20 cm y ofrece una amplia apertura de puertas, un completo portón trasero y unos notables laterales de apoyo para facilitar el acceso.
Vía: terramotor
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