Antes de ver el accidente todo parece ir bien, unos momentos de tensión justo después del accidente y una cálida ovación por la suerte que ha corrido este piloto de NASCAR. Se trata de Michael McDowell, que a bordo de su Toyota Camry convenientemente preparado estaba realizado una ronda de calificación para la Samsung 500 Sprint Cup en el circuito de Texas Motor Speedway.
A cerca de 290 km/h, el coche empezó a hacer el clásico movimiento de péndulo en medio de un curva con lo que el piloto perdió todo control sobre el vehículo. Después de chocar contra la pared de hormigón, con lo que en G´s supone, comenzó a dar incontables vueltas de campana hasta aterrizar en la zona intermedia del circuito. El coche comienza a arder y el miedo se apodera de todo el mundo por si el piloto pudiera haber pasado a mejor vida. Nada más lejos de la realidad, McDowell termina saliendo del vehículo auxiliado por sus compañeros. ¡Y sólo con un pequeño mareo!
La moraleja del vídeo del accidente podría dividirse en dos: hay que ver lo que aguanta el cuerpo humano y gracias que existen las cajas de seguridad en estos coches de competición. De no existir esta última, seguramente no estaríamos hablando de un final tan agradable.
Vía: autoblog.it
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