No es la primera vez que pasa y de nuevo la culpa no es directamente del navegador GPS. Hasta el momento y dejando la inteligencia artificial a un lado, las máquinas nos ayudan a ciertas tareas pero el control de las mismas lo tenemos que mantener con nosotros. En caso contrario, pueden pasar sucesos tan desagradables, aunque sin incidencias personales, como éste.
La verdad es que el conductor de este autobus, que transportaba de vuelta de un partido a 21 estudiantes, debió de obviar, quizás por sobreconfianza en el navegador GPS, las señales que precedían al puente y que informaban de la altura máxima para pasar por debajo del mismo. Sólo así se puede explicar que quedara tan bien “insertado” el bus debajo del puente con el consecuente susto para los pasajeros.
Por suerte, no hubo ningún herido de consideración. El resultado final, de momento, es una autobus de instituto en versión “descapotable” y una multa de 154 $ para el desafortunado conductor.
Moraleja de todo esto: hay que circular con sentido y con atención por muchas ayudas que se tengan.
Vía: autoblog.com
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