Las 24 horas de Nürburgring son una de esas competiciones de relevancia en cuanto a prueba de resistencia de coches, más incluso que la clásica referencia de tiempo de un vehículo en una vuelta completa que algunas marcas automovilísticas utilizan como sitio de pruebas y otras testean sus propias preparaciones. Tal y como hizo Volkswagen con su Scirocco o Lexus con su LF-A, la marca de Ingolstadt prepara un R8 de auténtica competición.
Este R8 se viste con un kit de carrocería que incluye paneles de kevlar y fibra de carbono, tomados del TDI Lemans, para ofrecer un descuento de peso sobre el original, una entrada de aire mucho más pronunciada en su parte delantera, un alerón elevado propio de la competición y un difusor preparado para ofrecer un mejor comportamiento en pista, siendo lo más curioso la incrustación de la doble salida de escape en el lugar donde se sitúa la matrícula en la versión de calle. Las pegatinas exteriores y las llantas de color dorado típicas tampoco podían faltar.
El peso final del vehículo disminuye desde los 1.635 hasta los 1.250 kg. Además de estos cambios exteriores, Audi debe de decirle adios al V8 de 4.2 litros para incorporar un bloque de 4 litros que desarrolla 530 Cv y 478 Nm de par máximo.
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Vía: motorauthority
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