El Mercedes Clase G es uno de los últimos supervivientes de una especie en peligro de extinción. En su versión de serie de trata de un todoterreno puro: excelentes cotas offroad, tres diferenciales y una robustez a prueba de bombas. Brabus, uno de los preparadores mejor reputados de Mercedes, ha decidido darle una estampa aún más agresiva a su funcional diseño y aumentando las prestaciones, nace el Brabus G-K8.
Pero a la vista de las impresionantes fotos del G-K8, la única comparación posible es con el Brabus Bullit y con el Brabus Rocket, dos superberlinas basadas en los Mercedes Clase C y CLS respectivamente, con 730 CV y los mismos rasgos estéticos que el todoterreno: grandes llantas, sutíl kit de carrocería, supresión de logotipos y pintura negro mate. Más que ante coches parece que nos hallamos ante cazabombarderos del ejército.
Y es tan rápido como un cazabombardero gracias al corazón que late bajo el enorme capó. Es un 5.4 litros con compresor, un motor llamado a desaparecer y el mismo propulsor del superdeportivo Mercedes SLR. Eroga de serie 500 CV de fuerza bruta, pero gracias a un kit de potenciación Brabus, la potencia del G 55 AMG de base alcanza los 550 CV y un par de 780 Nm, suficiente para conseguir acelerar la mole de dos toneladas hasta los 100 km/h en menos de 5 segundos.
El negro mate también se extiende por los revestimientos del lujoso interior, así como los cómodos asientos de cuero, dignos de cualquier berlina de lujo. Con esta preparación, dudo que su dueño lo saque alguna vez del asfalto, además de que los neumáticos deportivos perjudicarían el carácter campero de la Clase G. Su territorio es el carril izquierdo de las Autobahn, donde su amenazadora figura aparecerá en los retrovisores de muchos deportivos reputados…
Vía: autoblog.nl
En Diariomotor: Nuevo Papamovil: Mercedes Clase G descapotable