Normalmente las preparaciones más punteras se basan en vehículos actuales, coches a veces tan sumamente eficaces que nos olvidamos que lo único que nos separa del asfalto son una carrocería y cuatro ruedas, engañados por la magia de la electrónica. Tal es el caso del actual Porsche 997 Turbo, tan perfecto y equilibrado que quiere hacernos olvidar a sus ascendientes.
Y uno de los ascendientes más carismáticos del actual 911 Turbo es el Porsche 993 Turbo, cuya comercialización comenzó a mediados de los años 90 y terminó en 1998. En mi opinión, y puede que esté siendo algo purista aquí, fue el último de los 911 Turbo clásicos. Fue el último en equipar un motor refrigerado por aire, el último en contar sólo con tracción trasera y el último en no equipar ayudas electrónicas a la conducción.
Los chicos de 9ff no quieren batir un récord de velocidad esta vez, quieren demostrar que se puede hacer una preparación tan válida sobre un Porsche de hace más de una década que sobre uno actual. Por ello han tomado de base el mencionado 993 Turbo y han retocado su aspecto visual y la poderosa mecánica. Exteriormente equipa un amenazador kit de carrocería, procedente del 993 GT2 de la época y unas ubicuas llantas deportivas BBS. Muy del estilo alemán, deportivo pero bastante sobrio.
Caminando hacia la trasera del coche, levantamos su característico capó y descubrimos que bajo el enorme radiador los 408 CV de serie del 3.6 litros se han convertido en unos 600 CV gracias a nuevos pistones, nuevo escape y aumento de la presión del turbocompresor. Esto significa una aceleración de 0 a 100 en 4.5 segundos y una velocidad máxima de 280 km/h. No parece demasiado pero no olvidemos el escaso refinamiento y la brutalidad en la entrega de potencia, proporcionando sensaciones muy auténticas.
Un nuevo sistema de suspensión pone el punto final a la preparación. El precio de la misma (incluído un 993 Turbo de base) supera al coste de un moderno 911 Turbo, más eficaz y potente. Pero no olvidemos, como os he mencionado antes, que una preparación como ésta va dirigida a adinerados nostálgicos de los 911, que deberían tener unas buenas manos, ya que un pisotón demasiado grande al pedal derecho puede provocar reacciones poco anticipables.
Vía: World Car Fans
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