La historia de Ferdinand Porsche se remonta a principios del S. XX, pero fueron los últimos 60 años los que han encumbrado a la prestigiosa empresa alemana al Olimpo de los deportivos y la tecnología. Ferdinand Porsche empezó a trabajar en una pequeña oficina de ingeniería y acabó diseñando bólidos de carreras durante los años 30. Dada su probada valía, en la Segunda Guerra Mundial se vió obligado a colaborar en el esfuerzo bélico de la Alemania nazi y fue encarcelado por ello tras el Armisticio, momento en el que su hijo, Ferry Porsche, tomó el control de la empresa.
El nacimiento de Porsche tal y como la conocemos hoy en día fue producto de la ambición de Ferry Porsche: “Todo empezó cuando, mirando a mi alrededor, no podía encontrar el coche de mis sueños. Así que decidí crearlo por mi mismo”. La guerra había dejado la fábrica de Ferdinand destruída por lo que la producción comenzó en Austria, donde el 8 de Junio de 1948 salía de la línea de producción el primer Porsche de la historia: denominado 356 estaba basado en un VW Escarabajo, con motor bóxer trasero refrigerado por aire de 1.1 litros, 35 CV a 4.000 rpm y carrocería ligera de aluminio.
Como curiosidad, fue uno de los primeros vehículos en incorporar sincronizador en la caja de cambios manual, por lo que el conductor no tenía que recurrir al doble embrague. Tras conseguir los primeros beneficios derivados de las ventas del 356, Ferry Porsche fue capaz de liberar de la prisión a su padre y volver a producir sus deportivos en Alemania. Se abandonó la carrocería de aluminio pero el 356 permaneció fiel a su espíritu de deportivo asequible. Tras la muerte de Ferdinand Porsche en 1950, Ferry continúa el legado familiar.
El 356 va evolucionando año a año y ya en 1956 el 356A Carrera 1500 desarrollaba 100 CV y alcanzaba los 200km/h. Es también en los años 50 cuando comienzan los éxitos de Porsche en competición, primero con el 356 y más tarde con el impresionante y mítico 550 Spyder. Cuando finaliza la producción del 356 en Abril de 1965 se habían fabricado unas 76.000 unidades llegándose a alcanzar los 130 CV en el Porsche 356 Carrera 2, uno de los primeros en equipar la mítica denominación que heredarían los Porsche 911.
Pero antes de finalizar la producción de los 356 Porsche ya había empezado a fabricar uno de los coches más reputados de la historia: el Porsche 901. Ya en los años 50 el margen de evolución de los 356 era pequeño dado su origen Volkswagen por lo que se empezó a trabajar en un sustituto partiendo de cero. Diseñado por el hijo de Ferry Porsche y con un motor de seis cilindros opuestos (2 litros, 130 CV) creado por un tal Ferdinand Piëch (futuro presidente del Grupo VAG) el nuevo 901 era más grande y potente que el 356. Fue presentado en sociedad en 1963 y pronto se convierte en un éxito de ventas.
Tras algún problema legal con Peugeot, el 901 pasa a denominarse 911 y nace un mito. La primera generación comprenderá potencias de entre 90 y 180 CV. Para dar salida a los clientes que buscaban un coche más económico y racional se crea el Porsche 914, un pequeño deportivo producido en esrecha colaboración con Volkswagen, que pese a su estética comprometida alcanzó una popularidad razonable. En 1973, previo a la renovación del modelo nace una variante mítica: el Carrera RS 2.7, pensado inicialmente para su homologación en competición. Es un vehículo de culto y erogaba ya una potencia de 210 CV.
El primer Porsche 911 Turbo ve la luz en 1974 y aún no siendo el primer turismo de calle turboalimentado sí fue uno de los primeros y más potentes. Su motor 3.0 de seis cilindros entregaba 260 CV y una respuesta muy contundente, al estilo de la vieja escuela, por lo que había que tener buenas manos. La gama se completa con un 2.7 y un Carrera 3.2 ya a principios de los años 80. Modelos descapotables y targa además de un Turbo con 300 CV dan al vetusto 911 un soplo de aire fresco a la vez que garantizan su superviviencia.
Son los años 70 una época dorada para Porsche en competición. Los brillantes 917 deslumbran en las carreras de resistencia de los años 70. Reconocidos como unos de los mejores vehículos de competición jamás creados equipaban un motor V12 en posición central con 4.5 litros y potencias superiores a los 540 CV. Le Mans fue durante los años 70 dominado sin piedad por otra exitosa familia de superdeportivos turbo de competición: los 934-935 y 936. En esta época también los 911 Renn Sport obtienen bastantes triunfos en rallies de todo tipo.
Ya en los 70 Porsche intenta reorientar su gama deportiva con varios vehículos nuevos de motor delantero: el Porsche 928 y el Porsche 924. El Porsche 928 era un coupé tradicional de motor delantero longitudinal V8, con 240 CV y tracción trasera, muy adecuado para los gustos del principal mercado de Porsche: EEUU. El 924 era una versión descafeinada y más asequible del potente 928, de nuevo destinada a satisfacer a los clientes menos exigentes. La incertidumbre económica global de los años 80 afecta profundamente a las ventas de ambos modelos y sus respectivas evoluciones. A pesar de contar con cierta popularidad, el público seguía prefiriendo al 911.
A pesar de los económicamente convulsos años 80, fue una época en la que superdeportivos como los Lamborghini Countach o Ferrari Testarossa brillaban con fuerza entre los aumentos del precio del petróleo. Porsche produjo el 959 entonces, el primer Porsche con tracción integral. Basado en un 911 se le dotó de un kit aerodinámico extremadamente ancho y 450 CV de potencia derivados de su motor biturbo de 2.8 litros. Fue diseñado de cara a su homologación para el Grupo B de rallies pero cuando llegó a las calles el Grupo B ya había muerto. Tan sólo se produjeron 268 unidades de calle entre 1986 y 1988, revalorizándose al instante.
En 1989 se presenta el 964, última evolución de la saga 911 y uno de las series menos exitosas del 911, debido a la escasa evolución respecto a su predecesor. La recesión económica de la época no ayudaba a las ventas, el 944 dejó de fabricarse en aquellos años y el 968 no terminaba de cuajar. Las cosas no iban demasiado bien en Porsche, llegando a estar al borde de la suspensión de pagos en 1993. Es por ello que hubieron de jugárselo todo a una carta: el nuevo Porsche 993.
El 993, lanzado a finales del año 1993 partía ya de los 272 CV y ofrecido en todo tipo de variantes fue la salvación de Porsche. Profundamente remodelado respecto al 964, el Turbo de 408 CV fue el primer Turbo en equipar tracción integral y el primero en disponer de una versión GT2. Un bonito vehículo, que aún hoy en día se sigue modificando. Para diversificar su cartera, Porsche comercializa en 1997 el Boxster, un roadster de motor central y precio más asequible que el 911. Significa el despegue definitivo de la marca de Stuttgart y un espectacular éxito comercial.
En 1998 se renueva la saga 911, denominada internamente entonces 996. Mejora a la anterior generación en todos los aspectos y ofrece un profundo remodelado de su aspecto. El Turbo alcanza ya los 420 CV y fue la primera generación en equipar propulsores refrigerados por agua en lugar de por aire. En 2002 comienza la producción del Cayenne, un todocamino de altas prestaciones, enfocado al disfrute en la carretera y fuera de ella, pudiendo llevar a cuestas a toda la familia. Seas purista o no, te guste o no, hay que reconocer que ha supuesto para Porsche miles de millones en beneficios.
El 2003 y con la experiencia adquirida en las LeMans Series de resistencia el Carrera GT ve la luz. Un superdeportivo para rivalizar con el Ferrari Enzo, 612 CV de puro músculo, extraídos con mimo de un 5.7 V10 derivado de la competición. Un coche extremadamente potente y caro, rondando el medio millón de euros, por supuesto, no apto para manos inexpertas. Su producción cesa en apenas 2 años pero el recuerdo de su espectacular sonido quedará grabado a fuego entre quiénes lo hayan podido oír rugir.
En 2005 aparece la que podríamos denominar la versión coupé del Porsche Boxster, el Cayman. un equilibrado y económico coupé, según todos aquellos que se han podido sentar tras su volante, extremadamente equilibrado y divertido de conducir. Con potencias de 245 y 295 CV no se queda corto ni se pasa de rápido, simplemente ideal. Una de las razones por las que haya resultado tan eficaz es el tener al gran Walter Rörhl en el equipo de pruebas, la experiencia del bicampeón mundial de rallye se nota en los productos de la marca alemana.
Actualmente, tenemos a la venta los Porsche 997, que han resultado ser los mejores jamás producidos, contando con versiones Turbo, GT2, GT3 y GT3 RS, Cabrio, Targa, Carrera…en definitiva, todo lo que un aficionado pueda desear. Han recibido un lavado de cara muy recientemente, al igual que los Porsche Cayenne, elevando aún más su potencia y mejorando ligeramente el elevado consumo de combustible.
El futuro parece prometedor para Porsche, pero también alberga cierta incertidumbre. En estos tiempos de estrictas normativas ambientales y aumento espectacular de los precios del petróleo, los Porsche no son el paradigma de eficiencia o ecología. Es por ello que hay versiones híbridas en desarrollo para el Cayenne y corren rumores de un compacto para 2011. Pero el espíritu de Ferdinand Porsche seguirá presente en la mítica firma, la esencia deportiva jamás se va a perder, modelos como el futuro Panamera se encargarán de ello. Los responsables de Porsche tienen motivos para estar muy orgullosos.
Más información: Porsche España