Puede que alguien recuerde “Death Race 2000” una película de los años 70 en la que varios pilotos se enfrentaban en una carrera a muerte de costa a costa de los EEUU en coches modificados y armados hasta los dientes. Posteriormente la polémica saga de videojuegos “Carmageddon” tomó el relevo de la película ofreciendo espectaculares batallas entre vehículos modificados en un futuro apocalíptico.
Este verano se estrenará la nueva “Death Race”, protagonizada por Jason Statham (protagonista de Transporter). El argumento es sencillo: en un futuro próximo, se organizan una serie de carreras a muerte entre convictos, carreras en las que el ganador puede obtener la libertad. La popularidad de las carreras es tal que el lobby de la televisión se encuentra tras el rentable negocio, capaz de juntar más gente ante la pantalla que la Superbowl estadounidense.
Jensen Ames, piloto de la NASCAR, se ve acusado de asesinato y acaba en prisión, compitiendo por su libertad a bordo de un Shelby GT500 KR modificado para el fragor de la batalla. Otros contricantes usan Chrysler 300C, Dodge Ram, Jaguar XJS, BMW Serie 7, camiones…todos ellos destinados a acabar con sus oponentes en una competición sin reglas. La película promete acción motorizada a raudales con la excusa de un argumento, veremos si merece la pena en unos meses.
Vía: World Car Fans