Los chicos de Fifth Gear nunca dejarán de sorprender con sus pruebas. En este caso, improvisan un crashtest algo más aguerrido que los oficiales de EuroNCAP a los que estamos acostumbrados. En las pruebas oficiales, se hace chocar a un solo vehículo contra una barrera a una velocidad máxima de no más de 65 km/h, incluyendo numerosos sensores y dummies para registrar las fuerzas producidas en el interior.
En esta prueba, nadie está a bordo de los Volvo 960 y BMW 525i sino que son los presentadores los que los controlan a distancia, haciéndolos chocar frontalmente a aproximadamente 200 km/h (cada uno de ellos circulando a cerca de 100 km/h). El resultado os lo podeis imaginar: daños estructurales en el habitáculo de los dos vehículos y un buen trabajo para recoger los múltiples restos sembrados durante el accidente. Las fotos del “después”:
El vídeo refleja además un pequeño estudio que hacen sobre el terreno de los restos de los dos vehículos.
Vía: carscoop
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