Es bastante probable que muchos de vosotros conozcáis este espectacular corto de culto, pero nunca viene mal conocer más datos acerca de una de las piezas cinematográficas relacionadas con el automóvil más polémicas e impresionantes de todos los tiempos. Filmado en 1976 por el director de cine francés Claude Lelouch, nos muestra un recorrido a alta velocidad por el centro de París, pasando por muchos lugares reconocibles de la capital del país vecino a velocidades de infarto y con un respeto por el código de circulación más bien escaso.
«Era una cita», es la traducción más cercana del título de la pieza, de 8 minutos de duración. Filmada a las 6 de la mañana en la penumbra del amanecer, el escaso tráfico no puso impedimentos a que el exclusivo Mercedes-Benz 450 SEL 6.9 de Claude alcanzase más de 200 km/h en la Avenida de los Campos Elíseos. En cuanto las autoridades supieron de la existencia de la cinta, arrestaron a Lelouch por conducción temeraria: además de exceso de velocidad, en más de una ocasión circula en dirección prohibida. Al verificar que no había puesto a nadie en peligro, fue puesto en libertad sin cargos.
Pero ya había conseguido su objetivo. En la imagen superior podéis ver el recorrido que toma el piloto de F1 y algunos de los lugares más emblemáticos de París por los que ha pasado con su coche: si habéis estado en París los reconoceréis fácilmente. El único sonido que se oye a lo largo de la grabación es el delicioso sonido que emana de los escapes de un Ferrari 275 GTB, que se añade a la grabación sustituyendo al V8 del Mercedes, como si de un doblaje se tratara. Al situar la cámara casi al nivel del suelo, la sensación de velocidad que se ha conseguido es realmente impresionante.
(Imagen: Les Films 13)
El desenlace es el encuentro de Claude con su cita, tras ratonear por las bonitas calles del barrio de Montmartre. La cinta ha alcanzado tal popularidad que se han puesto a la venta versiones en DVD en alta definición. También ha servido de base a videoclips, como el «Open Your Eyes» de Snow Patrol y ha inspirado persecuciones de películas como Ronin. A continuación, 8 minutos de un clásico en estado puro, no hay efectos especiales ni se ha acelerado la grabación. Os diría que os preparáseis palomitas de maíz, pero no deberíais siquiera desviar la atención de la pantalla: merece la pena.