El Legacy, en sus dos versiones, Sedan y Station Wagon, así como el Outback, son los modelos que estrenan el primer propulsor turbodiésel de Subaru, y el primero en el mundo de tipo boxer (con los cilindros opuestos). Se trata de un bloque de 2 litros que entrega 150 cv a 3.600 rpm con un par motor máximo de 350 Nm a tan sólo 1.800 rpm, que anuncia un consumo de 5,6 l/100 km en ciclo combinado y unas emisiones de 148 g/km.
Según Subaru, estas cifras le convierten en el coche con tracción integral más eficiente de entre los modelos de potencia similar, es decir, el que menos consume. En este punto cabe recordar que todas las versiones del Legacy incorporan tracción integral, denominada Symmetrical AWD. Como es norma en la mayoría de los Subaru, el motor de tipo boxer se sitúa longitudinalmente y en una posición muy baja, lo que ayuda a mantener bajo el centro de gravedad, favoreciendo la estabilidad y el comportamiento.
Otra de las virtudes a destacar de este propulsor diésel es su suavidad de funcionamiento y el bajísimo nivel sonoro, registrando, según la marca, los menores niveles de ruido de la categoría. Exteriormente sólo se diferencia del resto de modelos de la gama por la inclusión de una abertura en el capó para suministrar mayor flujo de aire al intercooler y de una chapa identificativa en la parte trasera, como la que puedes ver en la siguiente imagen.
En el interior destaca la gran calidad de los ajustes, que en palabras de km77 – que ha tenido la oportunidad de probarlo – , transmite una sensación de solidez y ajuste muy poco corriente, aún sin demasiados adornos, con un diseño algo simple y con la ausencia de materiales lujosos como la madera o el metal. El precio de partida de este modelo es bastante ajustado y se sitúa en 27.300 euros.
Vía: km77
Fotografías: km77
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