Amén de lo futurista y retorcido que pueda ser este vehículo, nada más lejos de la realidad pues tiene todo su sentido de ser. Mi desconocimiento de los caballos, sobre todo en el tema de todo lo relacionado con la doma, es amplio pero alcanzo a comprender la utilidad que puede tener este vehículo, inventado por Roush Technologies para los especialistas turcos en entrenamiento de y carreras de caballos Kurt Systems.
La función principal de este vehículo es la de controlar el comportamiento y diversos factores biométricos del caballo cuando está desde andando hasta trotando o galopando a 60 km/h, monitorizando su oxigenación, el estado de su sangre o el latido de su corazón. Todos estos factores son supervisados por el entrenador y el veterinario que viajan dentro del propio vehículo, siendo precisamente esta una de las ventajas principales: control en tiempo real de su comportamiento.
En el interior del vehículo nos encontramos con la cabina, situada justo detrás de los enganches del caballo, en la que se sitúa el conductor y los asistentes anteriormente mencionados. Dado que el conjunto pesa bastante, alrededor de 4 toneladas, cuenta con un potente motor de cinco cilindros y 2.4 turbodiésel derivado de Volvo para tener una fuerza y un arranque proporcional al del caballo. Para facilitar la vida al conductor, la caja de cambio es automática.
El vehículo gira mediante una dirección hidráulica independiente y, gracias a unas riendas que enganchan en la parte delantera, “obligan” al caballo a modificar su trayectoria gracias a unas pequeñas descargas eléctricas. Realmente, el conjunto se comporta como un “establo de partida” para el caballo, incluyendo las típicas compuertas de salida.
Vía: carscoop
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