Actualmente la mayor parte de los gobiernos del mundo están ejerciendo presión sobre los fabricantes de automóviles para que reduzcan las emisiones de CO2 de sus gamas. La Unión Europea ha propuesto un proyecto de ley para que en 2012 las emisiones medias de las gamas de los fabricantes esté por debajo de los 130 g/km. Aunque Smart no tendrá problemas para cumplir la hipotética ley, para Ferrari podría suponer una auténtica tragedia dado su nicho de mercado.
El lobby que representa a los principales fabricantes está haciendo presión para suavizar tal ley, y es más que probable que los objetivos de emisiones medias se queden en unos 140 o 150 g/km de CO2. De todas formas, no es tiempo para dormirse, y Ferrari ya está tomando medidas para reducir las emisiones de CO2 de sus superdeportivos. Luca Cordero di Montezemolo, director de la prestigiosa firma italiana, en una entrevista a un diario alemán ha explicado las medidas que se tomarán para reducir el conjunto de emisiones de sus superdeportivos en un 40% para 2012.
Un programa híbrido está en marcha y en conjunto con el sistema “Kinetic Energy Recycling System (KERS)” de recuperación de energía de frenado, introducido por primera vez en la Fórmula 1, se podrán asegurar consumos reducidos y las habituales prestaciones de infarto. El sistema KERS consiste en una caja de cambios CVT unida a un volante de inercia que gira cuando el coche está frenando. Esa energía se puede luego usar para mejorar las prestaciones del coche bajo aceleración, reduciendo a la vez la carga del motor.
También se dice que Ferrari estaría desarrollando un motor V6 turbo de inyección directa, quizá para su introducción en un hipotético Dino o en el sucesor del F430, en cualquier caso con un consumo de combustible menor que el de un V8 atmosférico. El motor de 4.3 litros del Ferrari California podría se rl base empleada para el nuevo propulsor V6, que contaría con unos 3 litros de cilindrada. ¿Estarán llamados los V12 atmosféricos a desaparecer? Eso me temo.
Vía: Motor Authority
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