Aunque el precio de un coche sea barato, ser barato y parecerlo no es lo mismo. Hoy en día la mayoría de coches con bajo precio a la venta tienen unos acabados decentes y pasan rigurosos controles de calidad en fábrica. Por ejemplo, un Citroën C1 es de los coches más baratos del mecado y sus precios empiezan en unos parcos 7.000€, pero cuando me subí a uno hace tiempo en las plazas traseras, me sorprendió gratamente su espaciosidad y no pretendía aparentar ser un coche caro, simplemente ofrecía de manera sincera soluciones prácticas.
Sin embargo, un Tata Indica cuesta lo mismo y la impresión que da al usuario es de calidad inferior. ¿Por qué? Multitud de plásticos duros, tapacubos de diseño poco acertado, salpicadero anticuado…podría seguir. Nuestros compañeros de Jalopnik han publicado una lista de la que algunos fabricantes deberían tomar nota, se trata de algunas de los errores que hacen parecer baratos y de baja calidad a algunos coches, aunque estos cuesten 25.000€. Tomando su post como inspiración me he tomado la libertad de adaptarlo al mercado europeo añadiendo más datos. Por supuesto, en comentarios podéis aportar vuestras ideas.
1) Paragolpes de plástico oscuro. Hoy en día es una tendencia en claro descenso afortunadamente ya que la práctica mayoría de coches vienen de serie con paragolpes pintados en el color de la carrocería. Otro problema adicional de los paragolpes de plástico oscuro es que con la edad y el sol se decoloran, en mi familia teníamos un Opel Corsa de principios de los años 90 cuyos paragolpes ya eran de color gris blancuzco. El problema se extrapola a espejos retrovisores y tiradores.
2) Plásticos duros en el salpicadero. De nuevo una tendencia tendente a desaparecer, el tacto duro de los plásticos del salpicadero fue muy habitual en los coches coreanos hasta hace nada y los plásticos del interior del Dodge Caliber, a la venta actualmente, son tan duros y mal acabados que deslucen por completo a un coche que no tenía por qué parecer barato. Sin embargo, en coches como un Renault Clio, los plásticos acolchados y de tacto agradable del salpicadero hacen parecer de más nivel a un simple utilitario.
3) Ausencia de rueda de repuesto. Muchos coches poseen ruedas de repuesto a tamaño normal, pero para reducir costes muchos otros van únicamente provistos de ruedas de repuesto tipo galleta o lo que es peor, un kit anti-pinchazos que es absolutamente inútil en caso de un reventón. Si mi coche no hubiese tenido una rueda de repuesto, hace unos meses me habría quedado tirado a las 3 de la mañana en una autopista.
4) Llantas de tamaño desproporcionado. Bien por exceso o bien por defecto. El hecho de disponer de llantas de 14 o 15 pulgadas en un utilitario es normal, dado el pequeño tamaño del coche pero unas llantas de 15 o 16 pulgadas en un gran SUV es algo estéticamente poco perdonable. Un ejemplo muy claro son las llantas del Hyundai Santa Fe de la anterior generación, en comparación con sus enormes pasos de rueda. El caso opuesto es posible, creo no ser el único que opina que unas llantas de 26 pulgadas no le sientan bien a un Hummer o si hablamos de coches de serie, las 21 pulgadas del BMW X6 también me resultan excesivas.
5) Tapacubos poco agraciados. De acuerdo, los tapacubos son una solución para aquellos fabricantes que prescinden de llantas de aleación en los acabados básicos de sus vehículos, pero lo que no veo demasiado bien es intentar imitar llantas o incluso discos de freno con los tapacubos. No quiero señalar a ningún fabricante pero en mi opinión no queda para nada bien, preferiría llevar las llantas de acero a la vista. Si tu coche va a llevar tapacubos, el diseño de los mismos es importante, y no tienen por qué resultar dañinos a la vista.
6) Imitaciones de fibra de carbono o madera. En el interior de algunos coches, en lugar de emplear plástico con un buen tacto para las molduras, algunos fabricantes imitan de manera poco efectiva a la carísima fibra de carbono y a la madera natural. Y eso desentona muchísimo en un utilitario de 10.000€, y más si al cabo del tiempo esa pintura empieza a desconcharse.
7) Tapicería de diseño estrafalario. Muy habitual en algunos coches de gama media-baja en los años 90. Formas extrañas y colores poco habituales son la manera de algunos fabricantes de hacer parecer “divertidos” a sus modelos de gama básica. Lo que consiguen es hacerlos parecer anticuados y de calidad dudosa, por lo que es mejor un diseño clásico sin coloridos llamativos. Una excepción a esta regla son el diseño de los clásicos asientos del Volkswagen Golf GTI, los cuales también tienen detractores.
8) Alfombrillas inexistentes o de plástico. No es habitual en España pero en países como Estados Unidos algunos concesionarios, en busca del precio más barato, las eliminan como equipamiento de serie. Si las alfombrillas son de plástico duro en lugar del típico material acolchado el coche en cuestión pierde enteros en calidad de cara al comprador, ya que parece una furgoneta. La regla número 7 también se aplica aquí, nada de diseños extraños para las alfombrillas por favor.
9) Ausencia de reposacabezas traseros. Además de afectar seriamente a la seguridad de los pasajeros de las plazas posteriores en caso de accidente da a entender que el coche está inacabado o que el dueño se olvidó de seleccionar los reposacabezas traseros en la lista de equipamiento opcional.
10) Ausencia de ESP de serie. La Unión Europea quiere que en 2014 todos los coches que se vendan en la Unión lleven ESP de serie, y me parece una medida a elogiar, equiparable a la que supuso la obligatoriedad de incorporar el ABS de serie. Muchos automóviles ofrecen ESP como opción pagando un sobreprecio mientras que otros ni siquiera lo ofrecen como opción. Estando demostrado que el ESP puede evitar un 30% de los accidentes, estoy dispuesto a pagar un sobreprecio para que el sistema venga de fábrica en cualquier vehículo nuevo.
11) Frenos de tambor en las ruedas traseras. En pequeños urbanos es perdonable pero es una tecnología ya desfasada y las economías de escala permiten disponer de discos de freno a bajo coste. Incluso algunos SUV usan frenos de tambor en el tren trasero, incrementando peligrosamente la distancia de frenado. Por pequeños que sean, los discos siempre serán más eficaces que los tambores.
12) Relojes de cristal líquido. ¿Os acordáis de los típicos relojes LCD que tantos coches equipaban y que se retroiluminaban en color verde al encender las luces? Hoy en día apenas existen, ya que suelen venir integrados en el display de la consola central u ordenador de a bordo, pero el mismísimo Lexus LS600h de más de 100.000€ lleva un reloj LCD digno de los años 80. Y estamos en el año 2008.
13) Elevalunas manuales. Hoy en día no creo que para un fabricante suponga un coste muy grande equipar a un vehículo de cuatro o cinco puertas con elevalunas eléctricos en todas las ventanillas. Además, las manillas de los elevalunas manuales tienen cierta tendencia a romperse y suelen estar acabadas en plásticos de baja calidad, uno de los defectos más flagrantes de muchos coches.
14) Crujidos en el habitáculo. Un pecado de muchos coches actuales y no necesariamente con un bajo precio. A nadie le gusta pasar por un bache y que el ajuste del salpicadero cruja o los revestimientos de los pilares hagan lo mismo.
15) Botones muertos. Sí, esos botones que no se pueden pulsar y que permanecen como mudos testigos de no haber seleccionado tal o cual opción al comprar en coche, recordándotelo día a día con su presencia silenciosa. ¿Tan difícil es simplemente prescindir de esos botones muertos?
Vía: Jalopnik