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Byscaine GT, una réplica argentina del Ford GT40

Un excampeón de Fórmula 2 argentino, Osvaldo Bessia, trabaja con un equipo de mecánicos en el viejo Aeropuerto de Don Torcuato en en país sudamericano restaurando modelos y creando copias nuevas de auténticos clásicos. Las creaciones de antaño de la marca americana tienen cabida aquí, incluyendo uno de sus últimos proyectos estrella: el Biscayne GT, una réplica artesanal y casi perfecta del GT 40.

Aunque se hacen para un mercado interior, la gran parte de las unidades creadas por estos preparadores van a parar al mercado estadounidense. Se homologa para ello incorporando un motor original de Ford que cumple con las normas industriales del país americano, e incluso a veces se trasladan sin caja de cambios ni el propio motor para que sea la filial Ford Motorsports la que se lo incorpore y lo comercialice por su cuenta. Aún así, el Byscaine también se distingue de otros trabajos sobre el GT40 por su precio, que se queda en los 90.000 $.

Byscaine GT, una réplica argentina del Ford GT40

Cuando se habla de “réplica perfecta” se refiere a lo que visualmente se refiere, pues en el resto del vehículo, salvo en la equipación mecánica detrás de la cabina, hay tantos cambios que poco queda de los elementos originales. La carrocería mantiene intacto el estilo y la ligereza original, pero fabricada en fibra de vidrio e incorporando otros materiales como el kevlar o la fibra de carbono en ciertas partes, todo montado sobre un chasis tubular más resistente.

El cuerpo también se distingue por su corta altura, como el original en las 40 pulgadas (cerca de 1 metro) que dieron nombre en su momento al superdeportivo. La decoración del GT también se ha mantenido conservadora, con su doble combinado de color y con sus famosas franjas longitudinales decorativas. Para este caso también se han escogido unas aguerridas llantas de 16” con terminación similar a la de la época original del GT40 con unas gomas de auténtico infarto: 265/50 y 355/50, desde delante hacia atrás.

Byscaine GT, una réplica argentina del Ford GT40

Sí es cierto que hay un elemento que difiera visualmente y es el abultamiento situado en el techo en la parte del conductor, quese puede apreciar comparando las imágenes de un GT40 original con el Byscaine GT. No hay razón estética ni aerodinámica, sino de confort pues se ha creado para que el conductor tenga algo más de espacio.

Precisamente no es lo que sobra, pues hasta es necesario desmontar el volante para que el piloto pueda acceder a su asiento. El habitáculo es abrupto y tosco como el original con sus terminaciones angulosas y sus acabados de terciopelo. Desde luego nada “acomodado” pues hasta los depósitos de combustible, uno en cada lado con 90 litros en total, o hasta el motor tienen un contacto muy directo con la cabina.

Byscaine GT, una réplica argentina del Ford GT40

El peso del conjunto alcanza aproximadamente los 950 kg, para los que se incluye un motor situado detrás de la cabina con distribución V8 de 5.7 litros de cubicaje (en lugar del antiguo de 4.7 litros). Tampoco permanece inalterado y gracias a la inyección electrónica y a otros retoques alcanza los 465 Cv de potencia. El acceso a él permanece original, con la apertura del amplio capó que integra la gran luneta trasera.

Su conexión con las ruedas se hace a través de un cambio manual ZF de cinco marchas y por supuesto la fuerza se hace llegar al eje trasero. Con esta relación de peso/potencia, cercana a los 2.1 kg/Cv, el Byscaine se sitúa a niveles de un Ferrari Enzo o de un Porsche Carrera GT. De forma estimada, su aceleración hasta 100 km/h se realizaría en 4.5 segundos y su máximo estaría en los 300 km/h.

Así era el Ford GT40 original.

Ford GT40

Y así el Ford GT, la evolución actual que se dejó de fabricar hace un par de años.

Ford GT40

Ford GT40

Ford GT40

Ford GT40

Ford GT40

Ford GT40

Ford GT40

Vía: argentinaautoblog

Más información: wikipedia

En Diariomotor: Shelby revive el Ford GT40 por su 85 cumpleaños

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¡Muy bueno!

Óscar Miguel

Desde pequeño me han gustado los coches y desde un poco más mayor la informática. Aunque estudié lo segundo, en 2005 arranqué el proyecto de Diariomotor. Seguir leyendo...

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