La clásica carrera del Cannonball Run, donde múltiples pilotos de todo el mundo ponen a prueba sus vehículos a lo largo de un recorrido de casi 5.000 kilómetros a lo largo del viejo continente, ha tenido este año un ganador muy particular: un Smart Fortwo Brabus preparado. No está precisamente a la altura de Ferraris, Lamborghinis y superdeportivos diversos. Pero en esta carrera, inspirada en la película del mismo nombre del año 1981, no gana siempre el que más rápido va.
Precisamente en esta carrera lo que importa es conseguir una media de velocidad determinada durante todo el trayecto, que para esta edición era de casi 100 km/h. Con lo cual la ventaja de los grandes superdeportivos desaparece al gastar éstos mucho más combustible y tener que repostar más veces, por ello vehículos más pequeños y ahorradores tienen las de ganar. En este caso, David Ward y Adrian Hull fueron los que se hicieron con la victoria con su Fortwo de segunda mano al que le había retocado la programación del motor y la suspensión.
Con él consiguieron una media de velocidad muy cercana a la obligatoria y un consumo medio de 6.72 litros, que no es una cifra nada mala. Aparte de este detalle, decidieron utilizar para el recorrido mapas convencionales en lugar del sistema de navegación tradicional, lo que puede convertir en más interesante su “hazaña” a bordo de este pequeño vehículo.
Esta carrera es totalmente legal en Europa, a pesar de que mucha gente piense lo contrario, y este año ha comenzó en Sandown Park, Francia, y terminó en Brighton, Inglaterra.
Vía: worldcarfans
En Diariomotor: Smart Fortwo, segunda generación | Smart Fortwo Brabus y Brabus Xclusive