Los robos a los taxistas siguen todavía a la orden del día, sobre todo en las grandes ciudades, pero lo que es menos habitual es el secuestro de los propios taxistas. Uno de los más recientes casos, ocurrido hace unos días en nuestro país, llevó a un taxista a cruzar varias provincias secuestrado por tres personas para terminar de una forma abrupta pero feliz con su secuestro.
Jose Ángel Ortega, que realizaba su servicio en Jaén, fue requerido por cuatro individuos de nacionalidad rumana para trasladarlos a la localidad de Torre del Campo. Al poco rato le asaltaron y le retuvieron en los asientos traseros mientras dirigían el coche por la A-4 en dirección Madrid con intenciones desconocidas. Entretanto tuvo que sufrir la pesadilla de escuchar la discusión sobre quién de los secuestradores acabarían con su vida.
Después de recorrer 113 km, sobre un punto cercano a Santa Cruz de Mudela se encontraba un control de carretera de la Guardia Civil. Viendo que la autoridad no iba a detener el vehículo, Jose Ángel se armó de valor. Se abalanzó sobre el conductor y, dando un volantazo, terminó estrellando el vehículo contra otros dos pertenecientes al instituto armado. Antes de que los secuestradores emprendieran la huida a pié, el pobre taxista recibió dos puñaladas en la espalda.
De esta forma abrupta terminó este terrible secuestro, gracias desde luego a la reacción de Jose Ángel al ver que podría estar recorriendo los últimos kilómetros de su vida. ¿Seríais capaces de actuar así ante una situación similar? A mi particularmente me resulta difícil saberlo.
Tres de los implicados fueron detenidos y puestos a disposición judicial como presuntos autores de los delitos de tentativa de homicidio, detención ilegal y agresión con lesiones. La Guardia Civil sigue buscando al cuarto implicado.
Vía: canarias7