Hace tiempo que comentamos que se estaba debatiendo acerca de la instauración de la obligatoriedad de las luces diurnas en nuestro país. Desde aquel momento, en el que se iba a pasar el debate al Senado, no han salido nuevas informaciones que nos acercaran a un posible consenso de posturas y hasta su final implantación.
El debate sigue servido y por lo que se sabe parece que esa normativa de obligación de uso de las luces tendrá que esperar pues entre el sector que se opone a su instauración se alza como más destacable el de los motoristas. Según este grupo, cada vez más mayoritario, el uso de las “luces diurnas” en los vehículos de cuatro ruedas impediría distinguir fácilmente si se acerca una motocicleta o no pues actualmente éstas ya deben circular con la luces encendidas durante las 24 horas del día.
Algunos otros sectores, como los ecologistas, se alzan en contra señalando que su obligatoriedad hará crecer el gasto de combustible notablemente y, multiplicado por varios millones, significaría un gasto muy significativo.
Sin embargo, para rebatir esta afirmación se encuentra el Fundación Instituto Tecnológico para la Seguridad Vial, quien indica que según los estudios el incremento de consumo de carburante rondaría únicamente entre el 1 y el 3%, una cifra menor que circular sin las luces pero con el aire acondicionado conectado. Varios expertos en seguridad vial afirman que la ganancia con las luces las 24 horas sería muy importante, pues podría reducir la mortandad de las carreteras en un 5% alcanzando la cifra de 200 muertos menos.
No conozco cómo han realizado este tipo de estudios, habría que verlo en el mundo real. Pero de ser así y la reducción de muertos en accidentes de tráfico es tan sustancial, cabe pensar si el incremento del gasto de combustible no merece la pena que varias personas mantengan sus vidas una vez termine el año, aunque suene así de drástico. Ni aún en el peor de los casos en cuanto a desventajas económicas se me ocurre que valga la pena antes que la propia vida.
Para pensar en ello sólo hay que pensar en nuestros hermanos europeos. A pesar de que el viejo continente no tiene una ley común al respecto, normativas similares ya están implantadas en países como Israel, Finlandia, Suecia, Italia o la República Checa, con notables beneficios con respecto a la reducción de la siniestralidad. Por ejemplo, en Finlandia su utilización está marcada como de gran importancia y su incumplimiento recibe una sanción de 200 €.
Desde el año 2004 existe en España la iniciativa ciudadana Luces 24 Horas que aboga por la obligatoriedad de las luces diurnas como medida de seguridad vial.
Vía: terramotor
En Diariomotor: Luces diurnas obligatorias, a debate en el Senado
