Lo primero a comentar, es que pensar en una mezcla entre Ferrari y cualquier otra cosa nos suele dar un bonito dolor de cabeza. Una vez hecho, nos encontramos con el The Ferrambo. En general, lo que viene a la mente es que procede del nombre de la casa de Maranello junto a … Lamborghini. Pues no, mitad de la respuesta acertada. La joya con la que nos enfrentamos es una reinterpretación de dos conceptos de vehículos totalmente opuestos: una Nash Rambler, un vehículo que podríamos considerar como un familiar de la década de los 50, y un Ferrari 360.
Básicamente el resultado final es la estructura del primero adaptada para incluir la mecánica el motor del segundo, el reconocido bloque V8 de 3.6 litros con 405 CV. Unido a una caja de cambios de 6 velocidades también de origen Ferrari, se coloca en la parte trasera de la “mezcla” robando además todas las plazas traseras. Con lo cual estamos ante un vehículo clásico ampliado con una potencia descomunal y únicamente dos plazas. Aunque al menos conserva el característico rojo, combinado de forma resultona con unas llantas multirradiales extremas en color negro con borde cromado.
Redondeando la jugada, el Ferrambo toma otros elementos de los conocidos superdeportivos. Por ejemplo, el sistema de frenos es un auténtico Brembo con discos de tamaño similar a los que fuerzan las ruedas de los Ferrari a parar. Por detrás de la mecánica, una salida de escape deportiva conseguirá el rugido buscado por quien lo pilote, totalmente a la altura de lo que un V8 requiere.
Las soluciones interiores son al menos originales. Despunta el color crema clásico que reviste el tapizado en piel en el interior, el cual es precisamente también muy tradicional y con pocos adornos estéticos. Pocos elementos metalizados lucen en un salpicadero con el mínimo indicador para el conductor y una extensión plana del mismo en el plano horizontal. El color rojo combina en algunas zonas con el logo “Ferrambo”, seguramente una muestra más del ataque directo del que quizás tenga algo que decir la marca italiana.
Por otro lado, la solución para transportar equipaje (¿realmente tiene sentido un amplio viaje con ésto?) es bastante interesante. Aprovechando el hueco dónde en el original familiar se incluían los también motores V8, se adecua un formato para una serie de maletas de un tamaño prefijado con un tapizado idéntico al del interior. Con ello se acaba el tener que jugar al “Tetris” con el equipaje.
Y de regalo, un vídeo con vistas al Ferrambo.
The Ferrambo ha sido elegido como ganador del premio Riddler del Detroit Autorama, entre otros reconocimientos. Ello puede decantar a ricachones con suficiente parné en busca de algo original a hacerse con el modelo, que en breve comienza una pequeña y limitada producción en serie.
The Ferrambo.
Vía: autoblog.com
Más información: driversstreetrods
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