Hace unos meses todos esperábamos ansiosos el desembarco del primer motor diésel de Subaru. Los japoneses, en lugar de comprar motores a otros fabricantes – tal y como Mitsubishi hizo con los 2.0 TDI del Grupo VAG – desarrollaron el primer motor turbodiésel bóxer del mundo. El 4 cilindros bóxer tiene 2 litros de cilindrada, inyeccción por common rail y 150 CV de potencia. Algunas de las características más valoradas por sus compradores son su escaso nivel de vibraciones y bajo consumo.
Por el momento sólo está disponible en los Subaru Legacy y Outback, asociado a una caja de cambios manual de cinco velocidades. En el Salón de París Subaru presenta por primera vez al propulsor instalado bajo el capó del compacto Impreza y del crossover Forester, hasta ahora sólo disponibles con motores de gasolina. Por fin el fabricante cuenta con un fuerte aliado de cara a las ventas en Europa y especialmente España, donde el 70% de los coches matriculados de alimentan con gasóleo.
En los Impreza y Forester el motor va unido a una nueva caja manual de seis velocidades cuya sexta velocidad de desahogo contribuye a reducir las emisiones. Además, el motor estrena un nuevo filtro de partículas cerrado. En el Impreza el motor entrega 150 CV a 3.600 rpm y 350 Nm de par a 1.800 rpm, las mismas cifras que en el Forester pero siendo su potencia máxima 3 CV menor, 147 CV en este último. No conocemos datos prestacionales pero si algunos consumos.
Para el Impreza no se han publicado aún datos oficiales de emisiones, aunque es de esperar un consumo medio inferior a los 5 l/100 km, a pesar del sistema de tracción integral. En el Forester se anuncia un consumo medio de 5.25 l/100 km o 167 g/km de CO2, convirtiéndose por mérito propio en el SUV más limpio del momento. En ambos vehículos la prominente entrada de aire estilo WRX en el capó ayuda a la refrigeración del intercooler y les da un aspecto más deportivo.
Vía: carmagazine.co.uk
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