Los carritos de golf proliferan en resorts turísiticos y eventos de todo tipo pero no son unos vehículos demasiado excitantes. No están diseñados para ser rápidos, ni pretenden serlo. Sus motores eléctricos de apenas 3 o 4 kW no son capaces de impulsarlos a más de 20 km/h. Pero, ¿qué pasaría si injertáramos un motor más potente bajo la carrocería del carrito? ¿Qué tal un motor de 125 CV (en banco) y 1.000 cc de cilindrada procedente de una Yamaha R1?
La idea la han tenido los estadounidenses de Nevarez Racing Products. El misil tierra-tierra en el que han convertido al pequeño vehículo es capaz de hacer burnouts salvajes y caballitos con una facilidad tremenda. Lógico si tenemos en cuenta que el peso en vacío del carrito: unos 400 kg de serie, lo que incluye pesadas baterías de níquel, desechadas en esta preparación. Tras el salto podéis visualizar el espectacular vídeo de la rapidísima creación.
Vía: autoblog
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