Porsche Boxster propulsado por aire comprimido

Ya está bien que los proyectos de energías alternativas, incluso hablando de la eléctrica, se queden sólo en simples prototipos de pequeños coches. ¿Y por qué no para deportivos? Se puede hacer y se ha hecho, gracias a la técnica de una empresa de Silicon Valley denominada GIMM que ha preparado un “simple” Porsche Boxster para que pueda impulsarse con aire comprimido.

Sobre la base de un modelo del año 99 han instalado unos depósitos de aire comprimido en el compartimento delantero y los han conectado con un motor multi-cámara que deja atrás los pistones e intercambia todas las piezas móviles de un propulsor de explosión convencional por únicamente seis, con la consiguiente menor pérdida de energía. La transmisión de la fuerza hacia las ruedas traseras se realiza gracias a un sistema que funciona con aire comprimido en varias fases.

También han pensado en aprovechar lo máximo posible de energía instalando un regenerador que transforma la energía calórica de las frenadas en capacidad de recompresión del aire. Todo este proceso, por supuesto, sin generar ni una sola partícula de CO₂.

Con todo ello, según GIMM su Boxster “especial” puede circular con un sólo llenado de depósito unos 80 km y alcanzar un máximo de 104 km/h. Aún siendo una autonomía baja, la recarga es muy sencilla: 10 minutos con un compresor de aire que permita 4.500 psi de presión, que se conecta directamente a un lateral del vehículo como si de un repostaje de carburante se tratara.

El nombre del invento es MIIN-AER (Minimally Intrusive Intensely Pneumatic – Air Energy Recovery) y ha sido una de las estrellas del Alternative Car and Transportation Expo de California, un encuentro donde se promocionan este tipo de vehículos disyuntivos con los tradicionales motores de combustión.

En un futuro, pretenden mejorar el sistema para que pueda rodar 257 km a una velocidad punta de 80 km/h. Todavía no es una velocidad típica de un propietario de Porsche, pero sí empieza a ser una autonomía de viaje razonable, teniendo en cuenta sobre todo el menor gasto creado por kilómetro. Ahora bien, con ello se dice adios a la grandiosa sonoridad del Porsche. No se puede tener todo.