Hablar del Mercedes SLR McLaren Roadster 722 S es bastante normal, a pesar de que cuando lo hagamos salgan números como “descapotable”, “650 CV” o “335 km/h”. Verlo en directo en el Salón de París es otro mundo, primero porque la “intoxicación de vehículos” puede hacerte verlo como otro más hasta que recuerdas que estás ante uno de los superdeportivos de techo abierto que más velocidad pueden alcanzar. Una vez desenganchado de la nube, es simplemente veloz.
El frontal empinado, las negras llantas de aleración, las branquias laterales o las ópticas LED traseras parecen estar concebidas para provocar, como si fueran “escritas” para situar en un prototipo del año 2030 y fueran construidas con los mejores materiales del 2008. Mi idea de subirme al deportivo interior se truncó por el deseo creado en el resto de asistentes al evento con lo que tuve que conformarme con no sentir el tacto del 722 S y quedarme con estas fotografías.
Claramente si te encuentras con el cuero negro y sus costuras rojas por el tapizado tampoco te sientes en la octava maravilla, ahora bien son los otros detalles los que sobrecogen: el panel central compuesto prácticamente por fibra de carbono simboliza la riqueza y la ligereza que acompaña al Roadster, además del lujo impreso por ejemplo en la piel con tacto aterciopelado que reina en más de la mitad del volante, en le palanca de cambios o en el freno de mano.
Son sólo 150 los afortunados que se divertirán con el rugir del V8 sacando de sí 650 CV y 820 Nm al son de un asfalto que lo verá rodar desde el estado menos cómodo del SLR, en parado, hasta los 100 km/h en unos minúsculos y desgarracuellos 3.7 segundos. Será cuestión de no llevar gorro si vas con la capota abierta, a 335 km/h que puede alcanzar te vas a despeinar.
Mercedes SLR McLaren Roadster 722 S en París 2008.
Mercedes SLR McLaren Roadster 722 S.
En Diariomotor: Mercedes SLR McLaren Roadster 722 S