En la primera parte de esta prueba os hablaba de las cualidades e impresiones dinámicas del Seat Ibiza 1.9 TDI, ahora toca hablar de ergonomía y equipamiento, cuestiones claves a la hora de decidirse por un coche u otro. Como ya os comenté, el salto cualitativo respecto a la anterior generación es simplemente enorme. Olvidad los plásticos oscuros de tacto duro y los acabados descuidados de la generación previa.
La calidad se respira al sentarse en los amplios asientos, de buena sujeción lateral. El salpicadero está recubierto de plásticos rugosos de diferentes tonalidades, agradables a la vista y al tacto, los ajustes entre las piezas son buenos y nada cruje al circular por zonas bacheadas. Hay que ser quisquilloso para encontrar plásticos de poca calidad, pero es posible dar con ellos: los compartimentos portaobjetos entre los asientos delanteros y partes poco visibles de la zona inferior del salpicadero.
En cualquier caso, una vez pones las manos sobre el volante forrado en cuero su tacto te hace olvidar esos pocos plásticos duros, casi no apetece soltarlo para accionar la palanca de cambios. Situarse ante el panel de instrumentos en nuestra postura de conducción preferida es sencillo: tenemos una completa regulación manual de los asientos, así como regulación en altura y profundidad del volante, toda una concesión a una ergonomía muy cuidada.
Una vez sentados en el trono podemos acceder a todos los controles con facilidad, aunque hay que apartar excesivamente la vista de la carretera si queremos accionar los warnings y otros controles de uso ciertamente ocasional. En resumen, todo lo importante queda a mano y es sencillo de usar aunque integrar controles en el volante (como el control de crucero) e instalar intermitentes con auto-cancelación no hubiera sido mala idea (este último detalle curiosamente inexplicable).
El espacio para las piernas en las plazas delanteras es generoso, una persona como yo, de algo más de 1.8 metros de estatura, no tiene problemas de espacio de ningún tipo. La cabeza no queda cerca del techo y las rodillas no tocan la consola central. Las plazas traseras es otro tema, su amplitud es simplemente correcta: el espacio en dichas plazas es idéntico al de la generación previa por lo que aunque su anchura sea buena, el espacio para las rodillas no es grande (al menos para mí).
¿Entonces por qué ha crecido el Ibiza si el habitáculo apenas ha crecido? Porque lo ha hecho el maletero. Una de las prioridades de Seat al diseñar el Ibiza fue ofrecer un maletero grande. Y han conseguido, con 292 litros de capacidad, uno de los mejores de su categoría, de forma regular y aprovechable. Como he dicho, a costa de espacio en las plazas traseras y de superar la barrera de los 4 metros de longitud exterior, cosa que rivales como el nuevo Ford Fiesta no han hecho.
La visibilidad de cara al exterior es buena: me han gustado especialmente los grandes espejos retrovisores exteriores, además de forma atractiva, pero no me ha gustado la vista hacia los laterales traseros por el retrovisor interior. El grueso pilar C confiere dinamismo a la carrocería pero resta visibilidad a la hora de por ejemplo aparcar, hay que guiarse por otras referencias y si queremos sistemas de ayuda al aparcamiento hay que pagarlos aparte (331€).
En cuanto a equipamiento la dotación de serie del uno de los Ibiza más caros es completa. Elementos como aire acondicionado, volante forrado en cuero, ESP, un completo ordenador de a bordo y control de crucero son de serie. El climatizador automático de las imágenes es opcional, al igual que lo son las deportivas llantas de 17 pulgadas (de serie 16 pulgadas) o la iluminación adaptativa en curva (AFS). El precio de las opciones se suma a los 16.810€ de precio base.
En cuanto a comodidad en marcha la suspensión deportiva del acabado Sport en ningún momento se muestra brusca, sus reacciones son secas pero el compromiso entre firmeza y confort es efectivo, incluso al ir equipado con llantas de gran tamaño. El balanceo en curva está bajo control en cada momento, y tendríamos que meternos en un circuito o conducir de una manera ciertamente inspirada para sacarle los colores a uno de los integrantes del brillante “chasis ágil”.
Conclusiones
El Ibiza ha llegado para quedarse y pretende conquistar de manera arrolladora el mercado de grandes utilitarios. Sus competidores más directos son Peugeot 207, Fiat Grande Punto, Opel Corsa y el superventas Renault Clio, cuatro de los vehículos más vendidos en el mercado español. Frente a rivales tan consolidados el Seat ofrece una mayor deportividad de serie, una gran ergonomía y calidad interior y unos consumos muy ajustados en diésel, todo ello a un precio competitivo.
La sexta generación de uno de los utilitarios con más tradición en nuestro mercado no defrauda, está a años luz de su predecesor y es una opción de compra a tener muy en cuenta si buscas una solución de movilidad polivalente. Y por supuesto, también entra muy bien por los ojos: el “Arrow Design” de Luc Donckerwolke se nota, esos nervios laterales no dejan que nos olvidemos que él fue quién diseñó coches como el Lamborghini Murcielago.
Lista de equipamiento (acabado Sport)
La dotación de serie es muy amplia:
La lista de equipamiento opcional incluye algunos elementos destacados:
En un vistazo
Por último quiero agradecer a Marcos González de Asturias Motor S.A. (concesionario oficial Seat en Gijón) la cesión de una unidad para la prueba y el excelente trato recibido.
Seat Ibiza 1.9 TDI 105 CV Sport – Prueba Diariomotor
En Diariomotor: Prueba: Seat Ibiza 1.9 TDI 105 CV Sport, primera parte