En 2006 Giugiaro presentó en el Salón de los Ángeles una reinterpretación a la italiana del icono americano por excelencia, el Ford Mustang. El espectacular prototipo atrajo entonces toda la atención mediática y a nadie dejó indiferente. En mi opinión y la de muchos otros, espectacular, en la de algunos, un crimen. En cualquier caso, los prototipos no suelen llegar a producción, muchos no tienen motores y otros pueden moverse de manera muy limitada.
No es el caso de este Mustang único. Bajo su capó se encuentra un V8 de potencia desconocida, pero más que suficiente para marcarse unos buenos donuts en el asfalto envuelto en una nube de humo blanco. Claro que nadie en su sano juicio haría eso en un prototipo de valor incalculable ajeno a su propiedad, colgando semejante proeza en YouTube. ¿O quizá sí? Me temo que alguien va a ser despedido próximamente.
Vía: autoblog
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