El Nissan 200SX era un coupé japonés de propulsión trasera y motor de cuatro cilindros. Su agilidad y simplicidad lo han convertido en una de las mejores bases para preparaciones y tuning, creándose toda una escena a su alrededor, desde proyectos para drifting hasta competición regulada en circuito, pasando por los show cars o drag racing. Su motor es sencillo de modificar y mediante sobrealimentación por turbo se han llegado a extraer más de 600 CV de sus dos litros de cilindrada.
Por supuesto, el proceso de conversión requerido para pasar desde un humilde coupé de 160 CV a una bestia de competición es lento y profundo. Normalmente son preparadores quienes se encargan de modificar los coches pero también hay un reducido grupo de dueños que se ponen manos a la obra para hacerlo por sí mismos. Es el caso de “CravingImpact”, un británico que ha convertido su 200SX en un coche adaptado para la competición más exigente en circuito.
Lo más impresionante es que ha construido a mano todos los paneles añadidos a la carrocería, desde los faldones hasta el difusor, completamente funcional. Muchos de ellos se han creado en fibra de vidrio, otras partes están compuestas de metal y elemento como el spoiler delantero están fabricado en madera de balsa. Sí, madera, un material poco habitual en el mundo del motor, pero no ajeno a la competición, donde se valora su solidez y ligereza.
El enorme kit aerodinámico de este import racer no ha sido lógicamente probado en un túnel de viento, no todo el mundo puede poseer uno, pero su creador afirma que ha seguido a rajatabla los principios básicos de la aerodinámica. Por ejemplo, el ángulo del difusor trasero es de 7º, lo que se reconoce en los círculos de competición como un buen punto de partida. La fuerza descendente generada por las modificaciones debería ser más que suficiente para su uso en circuito.
Para mejorar las prestaciones de este cohete asiático se ha también retocado el motor en profundidad. En el foro donde este 200SX ha salido a la luz no se comentan datos técnicos pero se ha aumentado la cilindrada del motor y se ha añadido un sistema de turbo con intercooler. Como poco la potencia debería rondar los 250-300 CV, una cifra más que suficiente para un coche que de serie pesa poco más de una tonelada, menos en su actual estado aligerado.
Para una conversión completa se ha pintado la carrocería en una combinación negro-rojo y se ha colocado un gran logotipo de Nissan. Dentro sólo se ha dejado lo esencial, una instrumentación espartana y un bucket. El nivel de sofisticación es tal que se han añadido jaulas antivuelco y un depósito de combustible de competición. Espero ver pronto a este 200SX en algún track-day en el Reino Unido, un coche así es para disfrutarlo.
Vía: carscoop
Más información: sxoc
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