La marca coreana ha estado desarrollando en estos últimos tiempos un nuevo motor turbodiésel de cuatro cilindros destinado a los gamas más altas de diversos modelos. Las bazas con las que juega Hyundai con este motor son las de potencia amplia y constante junto a unos gastos reducidos.
Su nombre es R-Engine y entre sus cualidades se encuentra una gestión más avanzada de la unidad de control del motor y un turbo de geometría variable electrónicamente. Disponible en cubicajes de 2.0 y 2.2 litros, sus potencias iniciales se sitúan en los 184 CV, con 392 Nm de par máximo, y en los 200 CV, con una fuerza máxima por giro que alcanza 436 Nm. Son, desde luego, unas grandes cifras de potencia y sobre todo de par máximo en relación con la capacidad volumétrica de carburante en el bloque.
Según asegura la firma coreana, las ventajas no se quedan en el terreno meramente prestacional sino que las mejoras aterrizan en otros temas como los del ruido y la vibración, de la que afirman que su estructura confina los valores de estas medidas en límites muy reducidos. Atendiendo a factores más importantes, han probado el motor durante 42 meses para asegurar que su ciclo de vida es amplio y su consumo permanece en valores estables y reducidos.
Dado que este motor se distribuirá para vehículos en Europa y en Estados Unidos, este motor ha sido preparado para cumplir las normativas de contaminación correspondientes siendo la Euro5 la interesante para nosotros. Resulta más importante su disminuida emisión contaminante de cara a los primeros modelos que lo utilizarán, desde berlinas amplias como el Sonata hasta SUVs como el Santa Fe.
Vía: worldcarfans