A poco menos de un mes la marca china BYD, dedicada desde a las baterías de los teléfonos móviles hasta a los coches, lanzará al mercado el que probablemente sea el primer coche híbrido plug-in del mundo (en el sentido del primero que se vende en serie). Se trata de la berlina compacta de cinco puertas llamada F3DM y cuya característica principal es su modelo de propulsión híbrido y su conexión externa para la recarga de las baterías.
Antes de entrar al trapo con respecto a sus características, que no son desde luego cortas, hay que situar el estado del mercado. Las ofertas de altura en el segmento de híbridos está claramente marcada por el Toyota Prius, auténtico ganador actual del mercado, y el futuro Chevrolet Volt, la gran apuesta de General Motors para levantarse de su crisis. Los planes de producción del Volt parecen empezar a fraguarse y BYD ya tiene marcado en su calendario el aterrizaje del F3DM en Estados Unidos y Europa para dentro de uno o dos años.
Viendo el panorama, parece que el BYD F3DM puede tener un futuro prometedor. Entre otras cosas, porque sus características están por encima del resto de modelos de serie. Su modelo híbrido está compuesto igualmente de generador eléctrico más motor de gasolina y como el resto puede variar entre propulsión sólo eléctrica y modo mestizo. Pero con sólo el generador puede circular, a carga máxima, un total de 100 kilómetros, una marca que supera de lejos las del Toyota o el Chevrolet. A mayores, incluye conector para la red eléctrica externa.
También calculan que con sus baterías se podrá circular hasta a 150 km/h y acelerar desde parado hasta los 100 km/h en 13.5 segundos. Marcas muy correctas pero también es interesante saber que BYD ha trabajado con lo último en tecnologías de almacenamiento energético (para algo es experta en el tema). Sus baterías de fosfato de hierro y litio (LiFePO4) aguantan un ciclo de vida de unos 600.000 km (unos 10 años) y una velocidad de recarga interesante: un 50% en 10 minutos y una carga total en 7 horas a través de enchufe convencional.
De momento este vehículo ha pasado por innumerables pruebas, que lo han llevado incluso hasta Israel, y actualmente está pendiente de aprobación por el gobierno chino. Llegado el momento, entrará en el mercado chino a un precio de 150.000 RMB, unos 22.000 dólares. Por comparar, el Volt tiene prevista su venta en Estados Unidos a un precio de 35.000 dólares. Habrá que ver cómo queda el asunto con los saltos entre países y si la calidad de este vehículo es capaz de rivalizar con el futurista Volt o el asentado Prius.
Vía: treehugger
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