Parajet es una empresa propiedad de Neil Laughton, ex-oficial de los marines británicos y un aventurero de pro. Su última aventura empresarial es el diseño y fabricación de un coche volador asequible, simple y ecológico, una visión muy diferente a la de otros proyectos similares. Aparentemente, el Skycar es un buggy más pero Parajet admite que su rendimiento en carretera es similar al de un coche de rallyes y es tan competente en el aire como una avioneta.
El Skycar posee un chasis tubular de aluminio y está equipado con el motor de cuatro cilindros de una Yamaha R1. La combinación de un bajo peso, 140 CV de potencia y bioetanol como combustible aseguran unas prestaciones impresionantes en tierra y de manera más o menos sostenible: el 0 a 100 km/h se completa en 4.5 segundos. El propulsor acciona las ruedas traseras, haciendo muy divertida su conducción, pero también puede accionar una enorme hélice.
Cuando el Skycar pasa de modo coche a modo avión se despliega un parapente que le ayuda a despegar en combinación con la propulsión a hélice. Laughton defiende el uso del parapente, un ala flexible en lugar de un ala rígida, alegando que el último sistema sería mucho más costoso, complicado e inseguro para un vehículo así. Para despegar no hace falta que dispongamos de un aeropuerto, con apenas 100 metros recorridos y a menos de 60 km/h estaremos volando.
La velocidad máxima en vuelo es de 110 km/h a una altitud de crucero de entre 600 y 900 metros pero si forzamos la máquina podemos ascender hasta unos impresionantes 4.600 metros aunque a partir de 3.000 metros de altura tendremos problemas de respiración y mareos al no estar en una cabina presurizada como por ejemplo la de un avión comercial. En modo volador la autonomía de vuelo es de 300 km, suficiente para por ejemplo volar de Madrid a Zaragoza.
Para demostrar la viabilidad de su Skycar Neil Laughton pretende volar desde Londres hasta Mali, en África, parando únicamente para repostar y para descansar. El proyecto de Parajet está respaldado por varios bancos y entre otros por el explorador británico Ranulph Fiennes por lo que el proyecto podría ser comercialmente viable, al menos a pequeña escala ya que no quiero imaginar el enjambre de Skycars un lunes a las 8 de la mañana despegando de una zona residencial.
Vía: wired
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