Mira a tu alrededor, y te costará encontrar a alguien que no diese el pellejo por pasar un día en el circuito como el que ha pasado el británico presentador de Top Gear James May. Seamos realistas, no se puede aspirar a mucho más cuando acabas de salir por la puerta de un Pagani Zonda F Roadster y te espera un Bugatti Veyron.
Esta ha sido la prueba que más se le ha resistido al programa más famoso del mundo del motor, dos años ni más ni menos ha esperado uno de los circuitos más televisados del planeta por la mayor obra de ingeniería automovilística de la actualidad. Y como siempre con Top Gear la polémica está servida.
La prueba comienza con el Capitán Lento montado a los lomos del Pagani Zonda F Roadster. La unidad del Pagani más rápido hasta la fecha hace un uso muy intensivo de la fibra de carbono, que luce con orgullo sin pintar. Tras tener sus más y sus menos con el nervioso superdeportivo italiano May decide que es hora de que entre en acción otro coche, del que sólo sabe que es un Volkswagen.
Lo que no sabía es que se encontraría con el Volkswagen más caro de la historia una vez más, el Bugatti Veyron. Y que mejor manera de presentar al monstruo del millar de caballos que con una carrera en línea recta contra el Pagani. El resto lo podéis ver a continuación.
Pero tranquilos no me he olvidado del importante detalle de la vuelta rápida de cierto Bugatti alrededor de cierto circuito situado en Dunsfold Park. Algunos dicen que su voz sólo la pueden oír los gatos y que tiene un tatuaje de su cara a tamaño completo sobre su propia cara, todo lo que sabemos es que se llama Stig.
Contra todo pronóstico, el Bugatti se coloca cuarto en la lista de vueltas rápidas con un tiempo de 1:18.3, para ser relegado al quinto puesto instantes después por el anteriormente derrotado Pagani. Esto tiene cierta lógica, pues a pesar de la brutal potencia del Veyron los kilogramos le pasan factura a un coche que no está tan enfocado al circuito como los bólidos que ahora lideran la tabla. Una vez más se cumple lo de “quítame un kilo antes de darme un caballo“.
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