Las pobres ventas en el momento de recesión económica han llevado a dos de los grandes nombres del automóvil en Europa a tomar medidas drásticas. Para evitar la acumulación de unidades sin vender Volkswagen y Porsche se han visto obligados a cerrar sus fábricas para ajustar la producción.
Porsche ya ha reaccionado ante la nueva demanda, cerrando su planta alemana de Zuffenhausen el pasado viernes 21 de noviembre. Pero planean otro parón de una semana para finales de enero del 2009.
En peor situación se encuentra Volkswagen, quien veía como en octubre sus ventas en el mercado europeo eran un 7,6% menores respecto a las de septiembre. La medida que se ha tomado, según declaraciones de un directivo que ha preferido ocultar su nombre, es el cierre durante tres semanas de su mayor planta en el viejo continente.
El parón de la fabrica de Wolfsburg se extenderá desde el 18 de diciembre al 11 de enero, aunque no se descarta el cierre de ciertas secciones de la factoría tan pronto como el día 5 de diciembre. Por lo tanto los 44.000 empleados de la planta se encuentran ante unas vacaciones de navidad más relajadas de lo que tal vez desearían.
Volkswagen ha visto como sus acciones se desinflaban lentamente en el mercado bursátil, cayendo 46,50 euros, un descenso del 14% respecto a los 283,21 en los que se hallaba. Malos tiempos para un sector enfermo por la falta de capital, que no ve más remedio que suspender la producción en sus plantas para no acumular sobreproducción, aunque la peor parte les toca a los empleados afectados por las múltiples EREs de las diferentes compañías.
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