Lo que veis encima de este texto es la recreación de lo que podría llegar a ser el Nissan GT-R cabrio, pero hoy veremos un vídeo de la “fabricación” de la variante roadster con unos resultados que no tienen nada que ver. Agarraros a donde podáis porque vienen curvas.
El GT-R tiene esa innegable aura de matagigantes y levanta discusiones por donde pasa, a la gente o le encanta o lo odia y me temo que este post les gustará en especial a estos últimos. A buen seguro en los cuarteles generales de Porsche en Stuttgart se sentirán especialmente complacidos con este vídeo.
El protagonista de la acción es un Nissan GT-R R35 accidentado, que se enfrenta al frío acero de la sierra circular. Este ejemplar ha sufrido un siniestro y el corte del techo es el primer paso del proceso de desguace para reaprovechar las piezas en las máquinas de competición de la escudería JustJap Racing.
La escudería con base en Australia encontró este coche que había sufrido un impacto lateral y para transportarlo hasta su taller necesitaban trocear el vehículo. Merece la pena decir que el cuentakilómetros tan sólo reflejaba 4.000 km. A continuación podéis ver el vídeo donde el coche pierde su capó.
Tras el capó el trabajo continúa en el interior, donde se secciona el suelo para conseguir separar al coche en dos partes, más manejables para la importación del mismo. Así es la vida, para que unos puedan vivir, o en este caso competir, otros han de perder la vida.
Vía: GTRblog
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