En toda Europa se están registrando caídas en las matriculaciones cercanas al 30%, un dato preocupante y el peor desde la lejana crisis del año 1993. Sin embargo en España el descenso en matriculaciones del pasado mes de noviembre se cifró en casi un 50%, diferencial debido en parte a la explosión de la burbuja de las automatriculaciones. Pero creo que no estamos para quejarnos al observar el brutal parón de matriculaciones en la pequeña isla del Atlántico Norte.
Las matriculaciones en Islandia han caído en un 94.6%, para que os hagáis una idea, las matriculaciones acumuladas en noviembre de 2007 eran de 1.365 coches nuevos, en noviembre de 2008 el acumulado anual es de 72 unidades, y lo que es más grave, nadie se ha comprado un coche el pasado mes, nadie. La repercusión a nivel global de este parón nórdico será pequeña pero para los concesionarios islandeses supone la ruina efectiva, viviendo únicamente de sus talleres oficiales como pueden.
Como todo, hay una explicación clara tras estas cifras. En Islandia el poder adquisitivo es alto, pero los coches están bastante gravados, además de que se suelen comprar grandes 4×4 para hacer frente a los rigurosos inviernos. El caso es que el sistema financiero islandés colapsó por completo este año 2008, debiendo ser rescatado por el estado, varios bancos se declararon en bancarrota. En consecuencia no se otorgan créditos y la gente directamente no se compra coches nuevos.
Tan aplastantemente simple como preocupante.
Vía: autoblog.it
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