Era lo que faltaba. Los vehículos fúnebres están pensados para ofrecer un tranquilo paseo a los cuerpos sin vida de cara al cementerio. Son berlinas alargadas para contener el féretro y las múltiples flores o coronas que marcan los recuerdos de los allegados a la hora de dar el triste último adios. Oficialmente están hechas para eso y nada más pero como todo siempre se le pueden sacar más usos a las cosas con algo de imaginación.
Una de las secciones más divertidas de Autocar, Will I Drift?, ha demostrado que hasta un coche fúnebre es capaz de hacer un divertido drift si se sabe llevar bien las cerca de dos toneladas que suelen pesar. El coche elegido para probar es el Binz Hearse, la adaptación de un Mercedes Clase E de cinco puertas con un motor diésel V6 de 3.0 litros. Con 190 CV y sus muchos kilogramos no consiguen que el ratio peso/potencia sea el deseado para hacer un buen drifting pero su tracción trasera, una pista mojada y unas buenas artes de conducción hace que todo sea posible.
La prueba del drift con este gran coche fúnebre al menos se hace con buen estilo, con ataúdes atrás y vestido de enterrador para el conductor. En fin, queda comprobado que con su protuberante zaga es capaz de irse perfectamente “de atrás”.
Consejo del día: no repitáis el experimento sino es en una zona controlada y el coche no tiene “carga” trasera.
Vía: motorpasión
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