Los coches eléctricos son una realidad a pesar de sus limitaciones, entre las que destaca su bajo rango de movimiento, su coste y la habitual procedencia “no verde” de la energía que los alimenta. Está claro que queda mucho camino para recorrer y no sólo se pretende convertir sus fuentes en verdes sino también que sus materiales sean reconvertibles y biodegradables para no contaminar nuestra ya maltrecha tierra. Así que la idea de un coche con carrocería de bambú parece que no es tan cutre absurda como se podría pensar. Los japoneses ya lo han hecho, ¿quién iba a ser si no?
Unos estudiantes de la Universidad de Kyoto han creado el BamGoo, un pequeño vehículo eléctrico unipersonal cuya carrocería está fabricada por bambú. El bambú es una planta comestible típica de los países orientales que tiene muchas utilidades, entre ellas las de servir de material para adornar interiores de los coches, ordenadores portátiles o incluso ropa interior. Lógicamente es una compuesto biodegradable y además es totalmente renovable por lo que no existiría problema por su gran nivel de utilización.
Evidentemente el bambú sin tratar no tiene las propiedades necesarias para formar una estructura rígida y resistente necesaria en un coche, por lo que ha sido tratado con una resina especial que lo sitúa al nivel de la fibra de carbono o de vidrio en estos aspectos. Además el chasis sobre el que se asienta tiene partes de aluminio, ligero y lo suficientemente fuerte para formar la plataforma del vehículo. Con ello, el BamGoo tiene un peso de únicamente 58 kilogramos.
La propulsión de del BamGoo es totalmente eléctrica y gracias a sus baterías es capaz de circular unos 50 kilómetros con una sola carga. No es una medida exagerada para un vehículo unipersonal y que además no parece pasar de los 40 o los 50 km/h (razonable ya que no tiene ni puertas para proteger al conductor). Pero es un prototipo todavía y aunque no se lleve a cabo finalmente puede ser una fuente de inspiración para futuras creaciones.
Además del bambú se está estudiando la utilización de otros materiales naturales como el cáñamo o la fibra de coco para formar parte de las estructuras de los vehículos. Sin duda un buen camino en la búsqueda de un futuro en el que los coches no “consuman” materiales no renovables.
Ver al BamGoo en acción es mover poco los ojos y no escuchar prácticamente nada, pero así es como funciona un coche de bambú. Al menos es sencillo de conducir, pues hasta lo hace un niño pequeño.
Vía: treehugger
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