Los malos presagios acerca de la caída de ventas en el sector del automóvil durante este año 2008 no se han cumplido del todo pero finalmente la cifra del hundimiento en ventas se ha situado en un nada halagüeño 28.1% con respecto al año 2007. Según la Anfac y la Ganvam se han matriculado unos 453.659 coches menos, lo que supondría la mayor caída desde que se toman estos datos.
De la anunciada baja de ventas de automóviles no se ha librado prácticamente ningún segmento, aunque es especialmente acusada la caída en algunos como los de los todoterrenos, los monovolúmenes grandes o los automóviles de lujo. Y por meses, el de mayor disminución de adjudicaciones de vehículos fue el de diciembre, con una caída libre de un 49.9 % (lo que supone sólo 72.377 unidades vendidas). Este hecho es algo más inusal aunque sólo sea por el hecho de que en el último mes del año se incrementan las ofertas para alcanzar las cuotas de las marcas previstas para el año.
Las asociaciones dependientes del sector automovilístico señalan una serie de causas para explicar esta disminución y todas ellas estarían relacionadas con la crisis económica:
La situación es complicada y las soluciones ante esta crisis automovilística también lo es. Los afectados directamente, concesionarios y fabricantes, han propuesto al gobierno una serie de medidas para remontar estas cifras entre las que se encontraría dos principales:
Según la propia asociación de fabricantes de automóviles este año que acaba de entrar tampoco se espera especialmente bueno, con una estimación de un 10% menos de ventas en todo el 2009. De ser así significaría que las matriculaciones de vehículos caerían por debajo del nivel del millón de unidades, aproximadamente en la misma situación que se encontraba el mercado en el año 1996.
Este movimiento bajista también supondría según Anfac el amargo podio en el que España ocuparía el primer puesto de países con mayor bajón de ventas de automóviles en Europa en el pasado año. En los últimos puestos de este ranking se encontraría Holanda, quien con una matriculación de casi medio millón de vehículos (frente a las 1.1 millones de unidades para España) situó su pérdida en sólo un 1.1% con respecto al anterior período.
En mi humilde opinión esta consecuencia era algo previsible y para lo que no se tomaron mayores medidas en su momento. En España se vivía una cierta “burbuja automovilística” basada en los últimos años dorados en los que el crecimiento era sostenible en este segmento. La crisis económica en España, propiciada no sólo por el cataclismo de entidades financieras sino también por la del sector inmobiliario, ha hecho que se produjera la consecuente caída de ventas de automóviles, que estaba sumida en un aumento que no podía durar eternamente.
Respecto a las posibles soluciones, está claro que los créditos y la eliminación del impuesto de matriculación favorecerían el crecimiento de las ventas. El problema es si ese enorme volumen nuevas matriculaciones es justificable, puesto que es posible que el sector necesite un reajuste a la baja de su producción para adaptarse a las verdaderas necesidades del mercado. Evidentemente también influirá enormemente la evolución de la economía global, cuya situación se prevee que empieza a mejorar cuando pase este año 2009.
Vía: libertaddigital
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