Después de la caída de ventas de automóviles durante el 2008 era fácil suponer que el mes de enero de este año las cosas no iban a mejorar. Este primer mes ha supuesto una caída de ventas, agrupando a todo el sector, que sitúa las cifras a niveles del mismo mes del año 1996.
Concretamente la disminución se cifra en el 41.6 %, lo que significa un nivel de ventas de sólo 59.385 unidades en comparación con las 101.621 vendidas en el mismo mes del año pasado. Para asociaciones relacionadas con el mundo del motor, como Anfac, supone uno de los puntos álgidos de la “crisis” y que en todo el año 2009 dejará una disminución de algo más del 20 % con respecto del 2008. Es decir, una venta de unidades que podría no sobrepasar los 900.000 ejemplares.
Para solucionar este problema las mismas asociaciones están pidiendo al gobierno ayudas para incentivar la venta de automóviles, ideas que de momento no han obtenido respuesta positiva, como las que ya se han hecho efectivas en otros países como el Reino Unido o Italia. Jose Luis Rodríguez Zapatero, actual presidente del gobierno, responde que el Plan Vive responde perfectamente de “estímulo” para las ventas, a pesar de sus nuevas menores restricciones.
Por sectores, las caídas fueron generalizadas con algo más del 40 % para los compactos, utilitarios y berlinas mientras que el segmento de todoterrenos de medio tamaño sufrió un suculento incremento del 12 %. Los sectores superiores confirmaron caídas de más del 60 %, hecho que estaba previsto a pesar de que marcas de lujo como Lamborghini hayan mantenido unos buenos resultados.
En cuanto a modelos, destaca la subida de ventas del Volkswagen Tiguan (de ahí parte del crecimiento del sector) y la caída notable del coche más vendido en el 2008, el Ford Focus, que baja hasta el tercer puesto. También han caído el Opel Astra o el Seat Ibiza por encima del 50 % mientras que otros como el Nissan Qashqai o el Audi A3 pierden ventas por debajo del 20 %. La cresta de la ola queda comandada por el Renault Mégane y el Citroën C4.
A pesar de estas bajadas el mercado sigue funcionando de forma similar, apostando por vehículos con buena relación calidad/precio y un tamaño compacto. Puede que las predicciones de caída en ventas se queden cortas y el asunto sea mucho peor. El problema parece no sólo encontrar una solución a corto plazo, incentivando la venta de vehículos, sino a más largo plazo amoldando la producción y la predicción de ventas a la situación mundial económica. Parece claro que se ha rebasado el cupo que acepta el mercado, por lo que necesita una restructuración más allá de unas rápidas ayudas que únicamente arreglarían el problema actual. Pan para hoy y hambre para mañana, como se suele decir.
Vía: expansion | terramotor
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