El EDAG Light Car es unos de esos coches que seguramente nunca salga al mercado, pero cuyas tecnologías bien podrían acabar implantándose en los coches de producción.
El primer elemento poco usual de este prototipo es su chasis de fibra de basalto, que aporta unas cuantas ventajas sobre la fibra de carbono. La primera es que su peso es todavía más reducido, también destaca su elevada rigidez y lo que es más importante, la fibra de basalto tiene un precio inferior a la de carbono.
El diseño limpio del exterior, sin faros visibles hasta que se encienden se ha conseguido gracias al uso de la tecnología OLED, estos diodos luminosos tienen la ventaja de poder imprimirse en cualquier superficie, convirtiéndola en soporte para el circuito. Estas pantallas impresas en las superficies transparentes del coche son configurables por el conductor en muchos aspectos y son capaces de representar la fuerza que se está ejerciendo sobre los frenos o señales de advertencia a otros conductores entre otras cosas.
La última novedad no es tanto tecnológica, es más bien filosófica y algo con lo que los usuarios de computadores cada vez están más acostumbrados a oír, se trata de la llegada del código abierto a la industria del automóvil. Esto significa que fabricantes ajenos a la marca podrían desarrollar nuevas funcionalidades que no existan para el coche, añadiendo valor añadido al producto.
EDAG Light Car
Vía: Autoblog
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