Ah, el drag racing. Hay pocas cosas más típicamente americanas que esos duelos de aceleración en un aeródromo o circuito. La distancia a batir es un cuarto de milla y el vencedor es el que antes cruza la meta. Todo surge en los años 50 del pasado siglo, cuando algunos fanáticos de la velocidad empezaron a equipar coche de calle con motores potenciados y un tren de rodaje actualizado – normalmente enormes ruedas traseras – para poder transmitir toda esa potencia al suelo.
Poco a poco el deporte fue convirtiéndose de una afición de cuatro locos a todo un fenómeno nacional, empezaron a construirse los drag strips – pistas creadas al efecto del drag racing – y empezaron a nacer las diferentes categorías de las que disfrutamos hoy en día. Una web estadounidense ha podido hacerse con una gran colección de fotografías históricas de sus inicios, es todo un lujo admirar en perspectiva la valentía de los pilotos que se ataban a un motor con ruedas sin apenas medidas de seguridad.
Llaman la atención las imágenes de esos chasis con ruedas y motor – construidos ex profeso para el drag strip – que han acabado derivando en la categoría Top Fuel, donde se alcanzan velocidades de paso por meta de cerca de 500 km/h y los coches van equipados con enormes motores V8 sobrealimentados hasta superar los dos millares de caballos, necesitándose paracaídas para frenar. Pasemos ahora a apreciar con detalle algunas de las más impactantes imágenes.
Los comienzos
Al principio, se trataba de añadir un motor lo más grande posible a cualquier tipo de vehículo, da igual si es una furgoneta como la de la primera imagen, un Escarabajo o un deportivo clásico de origen europeo.
Chasis con ruedas
Llama mucho la atención lo frágiles que parecen algunos de los más primitivos drag-racers, no eran más que un ligero chasis unido a un gran motor sobrealimentado y unas grandes ruedas traseras. Las medidas de seguridad brillaban por su ausencia y en el mejor de los casos el conductor contaba con un “inspirador” arco antivuelco. En algunas ocasiones los pilotos usaban máscaras de gas para no intoxicarse con los gases expelidos por los escapes libres de los motores.
Soluciones extrañas
Pocas cosas habrá con que los pioneros del drag-racing no hayan experimentado. Desde dos motores en paralelo hasta sistemas de tracción de tracción integral, pasando por tres – o seis – ruedas hasta llegar a sistemas de propulsión por cohete. Muchos de ellos no funcionaron, o simplemente eran demasiado peligrosos, finalmente estableciéndose el actual modelo de un sólo motor y cuatro ruedas. Algunas de las imágenes son realmente interesantes.
Fallos mecánicos
Aún hoy es muy normal que los motores de los dragsters acaben reventando o la transmisión explote, al estar dichos elementos sujetos a enormes cifras de potencia y par, además de girar los motores a más de 9.000 rpm en muchas ocasiones. En los años 50 y 60 era aún más común, podemos ver cómo un Fiat vomita el cigüeñal entero, cómo la rotura de la transmisión parte un dragster en dos y diversos despropósitos mecánicos en los que las llamaradas están muy presentes.
Diversión al volante
Muchos aportaban su toque de humor a la competición, que empezó como algo informal, pasando a regulares con mano de hierro. Bañeras con ruedas, ataúdes con ruedas, la familia Monster…todo era posible.
Despedimos esta colección con una mezcla de imágenes de todo tipo y esperamos que os haya gustado tanto como a nosotros.
Vía: Pep’s Garage
En Diariomotor: Historia del Porsche 911 Turbo, recopilación de 8000vueltas, 60 aniversario de Land Rover, Esencia deportiva, 60 años de Porsche